El Instituto Nacional de Salud (INS) publicó una nueva actualización sobre el rastreo que se hace a las variantes del COVID-19 que se han presentado en Colombia en los últimos meses. El reporte recogió datos hasta el pasado 6 de noviembre y encontró algunos hallazgos que no se esperaban.

(Vea también: Casos de COVID-19 en Colombia van disparados en las últimas semanas y vacunación ha bajado)

Hasta inicio de octubre, el INS había identificado en el país las variantes BA.4 y BA.5 de ómicron como las predominantes en todo el territorio nacional; sin embargo, a finales de ese mes la tendencia comenzó a cambiar y se encontró un nuevo sublinaje conocido como ‘perro del infierno’ que empezó a hacer presencia en los contagios. 

Se trata de la variante BQ.1 que también se ha presentado en otros países de Europa y Asía. En América hace presencia en Chile y México. En Colombia actualmente representa uno de cada tres contagios que se dan, según la entidad de salud. 

Pero no todo es como lo pintan, el nombre corresponde más bien a un remoquete que se ha difundido entre los medios de comunicación. De hecho, a las variantes les venían asignando nombres de alfabeto griego y por eso varios expertos han hecho críticas contra el término ‘perro del infierno’ porque podría prender las alarmas de manera innecesaria. 

El INS dio un parte de tranquilidad e indicó que este sublinaje no representa ninguna diferencia con las otras variantes que se han detectado, pues no provocan aumentos en las tasas de hospitalización ni tampoco en las muertes por COVID-19, sobre todo para las personas que ya cuentan con mínimo tres vacunas en su esquema. 

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Finalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que la aparición de los nuevos sublinajes es una condición totalmente normal en la existencia del coronavirus: “Los virus cambian con el paso del tiempo y también lo hace el SARS-CoV-2, el virus causante del COVID-19. Además, la mayoría de los cambios tienen escaso o nulo efecto sobre las propiedades del virus”.