Según el Instituto de Desarrollo Urbano de Bogotá (IDU), las obras hacen parte de la adecuación de la avenida carrera 68, que quedará transformada en una nueva troncal de Transmilenio.

En la intersección funciona un puente para el paso de carros de norte a sur y otro en sentido inverso. Pero con la intervención, primero se tumbará uno de ellos y se hará que el flujo vehicular en ambas direcciones funcione en el que quede en pie, por lo que se prevén posibles atascamientos. 

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La información fue difundida por el diario El Tiempo, medio que advirtió que “el manejo del tráfico será de alto impacto” y que reseñó palabras de Diego Sánchez, director del IDU que explicó cómo será el nuevo viaducto.

“El contratista tendrá que construir un nuevo puente curvo que va a conectar los buses que vienen de la 68 con la troncal de la calle 26”, detalló.

Lo paradójico es que ambos puentes han sido objeto de múltiples reconstrucciones, arreglos e intervenciones por las numerosas fallas que presentaron años atrás.

En consecuencia, los habitantes de la zona y quienes se desplazan habitualmente por el sector tendrán que buscar alternativas de movilidad, como tomar la avenida Boyacá o la Rojas Pinilla.