La situación judicial de Brayan Smith Medina Rueda, exgerente de la tienda Koaj a quien Juana Camila Pérez Amazo señaló de acoso sexual, parece complicarse.

Luego de que la Fiscalía adelantara sus respectivas investigaciones, decidió imputarle a Medina los cargos de acto sexual violento y acoso sexual, ambos agravados, por las presuntas acciones en contra de la mujer que lo denunció.

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El gerente de la tienda ubicada en el centro comercial Gran Plaza Bosa, en el sur de Bogotá, podría afrontar una condena de entre 10 y 24 años de cárcel, pues la Fiscalía habría encontrado una serie de agravantes dentro de la investigación, lo que complicaría la situación de Medina, según Semana.

En medio de la diligencia, la fiscal del caso relató que este hombre se habría valido de su condición de jefe para realizar “tocamientos” no autorizados a la víctima, lo que produjo, según el acusador, que la víctima estuviera expuesta en su lugar de trabajo.

“Estuvo sometida a una coacción física y psicológica constante (…) Actualmente está en tratamiento psicológico por un acoso sexual y laboral no resuelto”, indicó la fiscal en información recogida por la revista.

Las presuntas agresiones de Medina enumeradas por la Fiscalía relatan actos abusivos contra Pérez, quien delante de los clientes habría tenido que soportar el acoso y la violencia de las acciones de su jefe, que se habría valido de su condición para intimidarla con despedirla si no accedía a sus peticiones.

“Siempre le hizo saber que él era el jefe, que en Koaj no iban a hacer nada, intentando normalizar estos actos. (…) Creía que el hecho de ser el gerente le daba autoridad sobre la víctima (…) todos estos tocamientos en sus partes íntimas se realizaron contra su voluntad, le generaron un daño físico y psicológico”, expresó la Fiscalía.

El ente acusador también indicó que Medina utilizó otras medidas que confirmarían el acoso en contra de Pérez; cambió el horario de la víctima fijándole turnos diferentes y alterando su hora de almuerzo, buscando siempre coincidir con ella dentro de la tienda.

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La mujer, según la Fiscalía, estuvo incapacitada por el elevado nivel de estrés que se desprendió de esta situación, la cual también la llevó a ser diagnosticada por depresión y a querer acabar con su vida.

Por su parte, Medina no aceptó los cargos y se declaró inocente ante el juez que adelantaba la diligencia.