Las preocupaciones fueron expresadas por el periodista Julio Sánchez Cristo, de La W, y el experto en seguridad Jairo Libreros en El Espectador. La experiencia arrancó este domingo primero de abril en el sector comprendido entre las calles 85 y 92, y entre las carreras séptima y 11.

El modelo prevé la existencia de vigilantes externos a los edificios, motorizados y armados, que recorrerán las vías, azotadas en los últimos meses con más intensidad por la delincuencia. En uno de los casos más significativos, delincuentes hirieron a bala a una mujer embarazada por robarle una camioneta de alta gama.

El problema del esquema que comenzó a funcionar en el barrio El Chicó es que ese tipo de patrullaje de calles y espacios públicos le corresponde a la Policía, según el Secretario de Seguridad de Bogotá.

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“Armaron un frente de seguridad y eso ha generado preocupaciones, porque en otros casos esos frentes de seguridad no han terminado bien… ¿cuál es la diferencia entre lo que acabamos de escuchar y una Convivir?”, preguntó Julio Sánchez al también periodista Alberto Casas.

Para Casas lo que funciona en El Chicó es simplemente una red de información, pero Sánchez Cristo le recordó que las Convivir arrancaron con “un teléfono, una alarma y un cable”.

La promotora y diseñadora del modelo, María Fernanda Moreno, asegura que el motorizado armado es un supervisor que está conectado con la Policía. “La única que puede hacer judicialización es la Policía, nosotros no actuamos por nosotros mismos, sino conectados directamente con ellos”, dijo Moreno a La W.

Moreno agregó que, a pesar de que Mejía asegura que desconocía la iniciativa, desde el comienzo trabajaron con la Policía del cuadrante, la alcaldía menor de Chapinero y hasta funcionarios de la Alcaldía (Andrés Gómez).

El asesor de seguridad Libreros agregó en El Espectador que esta es “una medida populista que termina siendo replicada hasta el día en el que un celador termina matando a alguien que considera alguien ajeno al barrio”.

Es claro que, a pesar de que la policía tiene el monopolio del patrullaje armado de las vías, esta no da abasto para cumplirlo y las cifras de incremento de la criminalidad, en particular en este sector, lo prueban.