La estrategia de la rectora fue montar una tarima rodante en un vehículo, que tenía pantalla gigante y parlantes para darles la buena noticia a los graduandos, que no pudieron celebrar con la tradicional ceremonia debido a la emergencia por cuenta del coronavirus.

En redes sociales hay videos y abundan las fotos que muestran lo bien que la estaban pasando en cada celebración, pues la rectora invitaba a la tarima al estudiante para entregarle el diploma y luego venía la foto con su familia. Eso sí, el requisito no era ir vestido de manera formal, sino luciendo su tapabocas y todos los elementos de bioseguridad para evitar que el virus hiciera fiestas en las improvisadas reuniones.

Pero los “reportes ciudadanos” no se hicieron esperar y fue así como la noticia llegó a oídos de la alcaldía de Barranquilla, que decidió parar la entrega de diplomas y les puso una sanción al colegio y a su directora.

“Se aplicó una sanción al Colegio Británico por movilizarse a celebrar grados de sus estudiantes y, a futuro, se prohibieron las ceremonias de este estilo que no atienden las recomendaciones de salud indispensables en pandemia”, expresó la administración por medio de Twitter.

Esta medida generó controversia entre quienes rechazaron la idea del colegio por considerar que se prestaba para aglomeraciones, y entre quienes la defendieron al creer que no fue así y que se respetaron las normas de distanciamiento y protección.

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Medios como El Heraldo recogieron la información y advirtieron que el colegio hizo el evento “sin permiso” de la administración distrital, y también llamó la atención sobre una posible violación a la medida de ‘pico y cédula’.

De todas formas, la discusión sigue abierta, pues hay quienes cuestionan que se sancione este tipo de actos cuando se ha permitido celebrar sepelios y otras actividades con grandes aglomeraciones y poca seguridad.