La columnista se hace otras preguntas en las que plantea si el nuevo cargo de Ordóñez es deliberadamente para “sacar del panorama político al mayor líder de la oposición”, o si “¿es casualidad que de todas las embajadas del mundo Ordóñez terminara en la OEA? ¿Es el azar infortunado que persigue al actual presidente y jamás pensaron en el detalle del caso de Petro en la CIDH?”.

A lo que se refiere Matus es a que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) encargado de la promoción y protección de los derechos humanos en el continente americano.

Y en ello habría un conflicto de intereses pues recuerda que ese tribunal tiene vigente un caso en contra del Estado colombiano por la decisión disciplinaria de la Procuraduría de Ordóñez que apartó del cargo e inhabilitó por 15 años al entonces alcalde de Bogotá, por el cambio de operador para la recolección de basuras que promovió Petro en su administración.

De hecho, en las últimas semanas, Petro confirmó que se abrió el caso por la supuesta arbitrariedad cometida por Ordóñez al apartarle del cargo. Esto podría acarrear sanciones para Colombia porque el proceso adelantado en el Ministerio Público presentó varias irregularidades, de acuerdo a una serie de fallos judiciales, indicó La FM.

Matus resalta que “es así como el exprocurador tendría un interés directo y hasta peligroso para estar en la OEA”.

“De igual manera, se debe resaltar que sin esta posibilidad Petro habría sido inhabilitado y no estaría en el panorama político. Gracias a la CIDH defendió sus derechos políticos y se evitó semejante arbitrariedad”, agrega.

El nombramiento de Ordóñez en la OEA ha despertado todo tipo de discusiones y no solo fue criticado por la columnista. También se promovió una iniciativa ciudadana en el portal change.org que recogió 50.000 firmas para pedirle al presidente Iván Duque que reversara el nombramiento.

Alejando Ordóñez

Artículo relacionado

50 mil personas piden a Duque que reverse nombramiento de Ordóñez como embajador en la OEA

Adicionalmente, El Espectador le dedicó un editorial al tema esta semana y la relación entre la OEA y los organismos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, donde está la CIDH, y señaló:

“Es extraño, entonces, que nuestro representante sea alguien que en el pasado ha expresado posiciones abiertamente agresivas contra la CIDH, y que además carga encima la nulidad de su cargo por haber participado en la dinámica del “tú me eliges, yo contrato a tus familiares y amigos”. ¿Dónde queda la estatura moral del país?”.

El diario señala otros problemas, uno de ellos es cuando Colombia decida intervenir ante los demás Estados:

“¿Cómo podemos pedirles respeto a las normas a los embajadores de Nicaragua y Venezuela, por ejemplo, cuando nuestro propio representante fue anulado de su cargo como procurador por irregularidades en el nombramiento de funcionarios y, además, irrespetó al sistema judicial colombiano al decir que todo se trataba de un complot político en su contra? ¿Cómo denunciar la persecución política cuando nuestro embajador usó la Procuraduría para iniciar procesos injustos contra líderes de corrientes ideológicas opuestas a la suya?”.