Su argumentación da cuenta que la intención del exsenador es “demostrarle a la justicia especial que la paz con las Farc se dio gracias a los ‘Ñoños'”, revela Vicky Dávila en su columna de Semana.

El razonamiento de la defensa de Elías se basa en que “si ganaba Santos, en ese momento se podía continuar y firmar el acuerdo de La Habana con las Farc, y si perdía Santos, era claro que fracasaba el proceso de paz”, agrega la columnista, refiriéndose siempre a lo que consta en su solicitud como candidato para ser juzgado por la justicia transicional.

Asimismo, ese documento infiere que los delitos de cohecho y tráfico de influencias, por los que la Corte Suprema de Justicia lo sentenció a 6 años y 8 meses de prisión, “están enmarcados dentro del conflicto, ya que son delitos cometidos por causa, con ocasión o en relación directa o indirecta con el conflicto armado”.

Pero Elías también insiste en la importancia del aporte de Odebrecht para conseguirlo, algo que la periodista ha denunciado reiterativamente: “Al apoyar la campaña de reelección de Santos Presidente en 2014, con los dineros ilícitos aportados por Odebrecht y movidos a través del grupo denominado ‘la Ñoñomanía’, [la intención] era respaldar el programa de gobierno basado absolutamente en la consecución de la terminación del conflicto armado interno colombiano”.

“Las conductas ilícitas desplegadas por Bernardo Miguel Elías Vidal fueron encaminadas en su totalidad para lograr la reelección del expresidente Juan Manuel Santos Calderón, para que este continuara y firmara el acuerdo final de paz de La Habana con las Farc-EP”, cita Dávila.

La autora también concluye que la influencia política de Elías no se hizo evidente solo con votos, sino también en el agradecimiento que el propio Santos le expresaba públicamente, con palabras y con actos.