El pasado 7 de agosto fue un día muy especial para Teresita Gómez, una artista de 79 años que se dio el lujo de tocar el piano ante miles de personas durante la posesión presidencial de Gustavo Petro, en Bogotá.

En dicho evento, Teresita estaba lista para interpretar el Himno Nacional junto a la Filarmónica de Bogotá; sin embargo, un receso inesperado en el acto protocolario la llevó a exponer su arte ante la multitud que estaba en la Plaza de Bolívar. Esta pausa en el acto de posesión se dio, luego de que el presidente Gustavo Petro exigiera la presencia de la espada de Bolívar en el escenario para continuar con el protocolo.

“Estaba muy feliz de estar en la posesión de Petro para tocar el Himno Nacional con la orquesta, pero yo no estaba avisada para tocar sola… Yo no había estudiado nada para tocar en ese momento como solista”, dijo Teresita en declaraciones publicadas por Cambio.

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Teresita, en medio de la adrenalina e incertidumbre por lo que sucedía en tarima, decidió interpretar ‘Hacia el calvario’, del compositor antioqueño Carlos Vieco, y  el Segundo Nocturno de Federico Chopin.

“Este día para mí fue único. Nunca pensé que yo pudiera haber visto lo que vi y sentí, que fue conmovedor. Fue la fiesta del pueblo. Estábamos todos ahí. Nunca los músicos habíamos estado acompañando a un presidente. Era todo demasiado emocionante, único y mágico”, precisó la pianista en el medio citado.

De estar en prisión a tocar en la posesión de Gustavo Petro

Para Teresita no fue fácil sobresalir como pianista, pues en diálogo con El Tiempo reveló detalles de su vida y sus inicios. Contó que estuvo en prisión durante el gobierno de Julio César Turbay por una falsa sospecha. Creían que tenía vínculos con la guerrilla del M-19.

“Estaba trabajando en la Ópera de Colombia, con Gloria Zea. Fui a Medellín para una consulta médica. Acababa de llegar de Cuba, a donde había ido a tocar… Caminando en Medellín, de pronto sentí que me tomaron por la cintura, eran dos señores. Dizque: ‘Camine hacia abajo, allá hay una camioneta gris, no mire hacia atrás porque disparamos’. Quedé fría”, le dijo la artista antioqueña al medio citado.

Según relató la artista, durante el tiempo en prisión sufrió tortura psicológica junto a otros retenidos; sin embargo, fue gracias a una abogada que ayudaba a presos políticos que recobró su libertad.

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“No me dejaban bañar y me hacían tortura psicológica. Como no podía dormir, me ponía a leer a Agatha Christie. Los que cuidaban la celda me pasaban una velita y yo leía a la luz de la vela, para no pensar en los gritos que se escuchaban de los que estaban torturando. Finalmente, salí gracias a María Luisa Henao, una abogada que ayudaba a los presos políticos y era esposa de Mario Yepes, uno de los fundadores de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia. Si no, todavía estaría allá”, concluyó.