Uno de los nuevos impuestos que se intentó incluir en la reforma tributaria que recién aprobó el Congreso fue al tabaco y los vapeadores. Al final, el impuesto no quedó en la iniciativa que está en conciliación, según su promotora, la representante Carolina Giraldo Botero (Alianza Verde), porque no hubo espacio de debatir la propuesta y hasta por ‘lobby’ de las tabacaleras.

Que se descartara la propuesta, con la que se podría recaudar hasta 1 billón de pesos, según Giraldo, le causó gran molestia porque fue una de las proposiciones que escogió Alianza Verde para incluir en la reforma fiscal.

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Por eso la representante por Risaralda dijo que insistiría en la idea y esta semana radicó un proyecto de ley para aumentarle los impuestos al tabaco y, además, crear un nuevo tributo para vapeadores y cigarrillos electrónicos, que hoy no pagan impuestos y tiene como principales usuarios a menores de edad.

La propuesta, radicada ante la Secretaría de Cámara de Representantes, fue suscrita por unos 80 congresistas de todas las vertientes políticas y pretende aumentar a 8.400 pesos el impuesto a cada cajetilla de 20 cigarrillos (hoy es de 2.800 pesos), no solo para recaudar dinero, sino para desincentivar el consumo de dicha sustancia.

Si la propuesta se aprueba, el precio final de un paquete de cigarrillos sería cercano a los 16.000 pesos, algo que han avalado diferentes sociedades científicas y de salud. Y es que, para Giraldo, este precio se equipararía un poco más con el costo de los cigarrillos en otros países, donde han venido endureciendo estos impuestos en pro de la salud pública.

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“No puede ser que mientras los precios del cigarrillo en Colombia sean tan bajos comparativamente con otros países, precisamente porque los impuestos aquí son muy bajos, estemos y teniendo altos costos en el sistema de salud”, manifestó en su momento la representante sobre su propuesta que, ha insistido, solo afectaría a los fumadores.

Desde que Giraldo presentó su propuesta para incluir en la reforma tributaria, adjuntó cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que estiman que este tipo de impuestos salvarían unas 154.450 vidas en una década y derivarían en un ahorro aproximado de $58 billones en pérdidas económicas por atención a las enfermedades que genera el tabaco.

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Con esa evidencia, la representante Giraldo manifestó que “este es un impuesto favorable para la salud pública y las finanzas del país” y advirtió que, si bien reconoce que habrá mucha presión por parte de las tabacaleras, es una iniciativa que cuenta con un amplio respaldo de varios partidos.

“Estamos noqueados, pero no derrotados”, aseguró la congresista, quien llegó al Congreso con el apoyo de 16.562 risaraldenses.