De acuerdo con el relato del militar, recogido por Semana, los uniformados implicados engañaban a los “muchachos” ofreciéndoles trabajo en ciertos lugares, que al final era donde iban a hacer ejecutados.

Con la promesa del nuevo trabajo, dijo la revista, las víctimas aceptaban desplazarse y luego les ponían una manilla negra que supuestamente era para que “los dejaran circular sin problema”.

Posteriormente, los hacían firmar un documento para saber si eran zurdos o diestros, y así ubicar el arma que les ponían cuando eran asesinados, señaló el medio.

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Las víctimas eran ejecutadas, de acuerdo con la revista, en grupos de 3 o 4 personas, después de ser asesinadas les ponían los uniformes y los artefactos para hacerlos pasar por guerrilleros.

Finalmente, los señalados distanciaban los cuerpos, indicó Semana, “para dar la impresión de un repliegue en combate”.

En el testimonio de un militar, difundido por Noticias Caracol, él agregó que las ejecuciones se hacían en la madrugada, y de frente.

“Iban caminado, los llamaban y cuando volteaban a ver, los ejecutaban”, describió.

Cabe recordar que recientemente la JEP hizo un procedimiento en un cementerio de Dabeiba, Antioquia, en el que estarían cuerpos de los jóvenes que fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales entre 2006 y 2007.