El municipio de Dabeiba fue testigo de más de medio centenar de asesinatos a manos de miembros del Ejército; allí, un soldado que es procesado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) reconoció el lugar en el que, junto a su unidad militar, habría dejado los restos humanos de los que en algún momento fueron reportados como guerrilleros caídos en combate, informó la revista Semana.

De hecho, el soldado ‘Buitrago’, cuyo nombre real no fue mencionado por seguridad, comentó cómo su sargento de esa época ordenaba los asesinatos a sangre fría, y pedía que luego del crimen les dispararan nuevamente a los cuerpos sin vida de las víctimas con un fusil M60 para desfigurarlos y que así no pudieran ser reconocidos, añadió el medio.

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Según narró ‘Buitrago’ a la revista, la estrategia de la unidad era atrapar jóvenes en Medellín y asesinarlos en este municipio que queda a más de 170 kilómetros de distancia de la capital antioqueña, con el único fin de que nadie los reclamara.

En el lugar, de acuerdo con el testimonio del soldado, les cambiaban las prendas de vestir a las víctimas, preferiblemente por oscuras, y los zapatos, para posteriormente dejarlos en las fosas comunes, muchas veces envueltos en bolsas.

Otra cosa que llamó la atención del exmiembro de la fuerza pública y de los funcionarios de la JEP, que hasta el momento continúan con la investigación en el lugar, fue que el cementerio tenía muchos cambios, por lo que se sospecha que esto lo habrían hecho con el fin de ocultar pruebas que permitieran esclarecer los crímenes; de hecho, aunque algunas tumbas tienen hasta 50 años de diferencia, están marcadas con el mismo tipo de letra, lo que levantó sospecha.

“Ha pasado mucho tiempo, aproximadamente son como 12 años, ha cambiado mucho el cementerio. Hay muchas cosas que no había en el tiempo que yo estuve aquí”, dijo el soldado a Semana.