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Escrito por:  Fredy Moreno
Editor jefe     Abr 15, 2024 - 7:21 am

El peor de los escenarios en cualquier negociación de paz es que una de las partes se presente en la mesa de diálogos con unidad de mando y control sobre sus tropas, pero que, en realidad, no sea así. Eso lo ha venido aprendiendo el país en casi medio siglo de conflicto y tratativas de paz con el Eln, una guerrilla que se caracteriza por presentar una estructura federalizada. Es decir que pese a tener un ‘Comando Central’ (Coce), varios de sus frentes siguen sus propios lineamientos. Con eso viene lidiando el Gobierno del presidente Gustavo Petro que, ahora, parece que debe enfrentar el mismo fenómeno con las disidencias de las Farc autodenominadas ‘Estado Mayor Central’ (Emc).

(Le interesa: Eln y disidencias de Farc ponen en bajito proyecto “paz total” de Gustavo Petro: ¿por qué?)

En el caso del Eln, en los últimos intentos de negociación, los analistas del conflicto han responsabilizado a Eliécer Herlinto Chamorro Acosta, alias ‘Antonio García’, de entorpecer las negociaciones de paz con ese grupo. En los diálogos con el Gobierno de Petro, la semana pasada, esa guerrilla decidió que suspendía el ciclo de conversaciones por ver mal que se estuvieran haciendo acercamientos por fuera de la mesa con uno de sus frentes en Nariño. Siempre ha habido una razón para levantarse.

Así ha ocurrido desde hace años. Después de 1973, cuando el Eln estuvo a punto de ser aniquilado por el Ejército Nacional en la ‘Operación Anorí’, en Antioquia, su dirigencia, debilitada, le dijo al presidente de entonces, Alfonso López Michelsen, que estaba interesada en dejar las armas. El gobierno aceptó, pero el Eln dijo que, por las operaciones militares, no pudo llegar.

Después, César Gaviria (1990-1994) sí consiguió sentar por primera vez al Eln para un proceso de paz, y logró que la disidencia del Eln ‘Corriente de Renovación Socialista’ se desmovilizara en 1994. Pero las fuerzas mayoritarias de esa guerilla nunca dejaron las armas y siguieron delinquiendo. Con Ernesto Samper (1994-1998) hubo otro intento de acercamiento con el Eln en Maguncia (Alemania), y se alcanzó un preacuerdo entre la “sociedad civil” y el Eln, en 1998, respaldado por el gobierno para iniciar un proceso de paz. Pero el atentado de esa guerrilla al oleoducto en Machuca (Antioquia), que dejó más de 70 muertos, acabó con ese intento de diálogo.

El gobierno de Álvaro Uribe adelantó exploraciones en Cuba y Venezuela para acercamientos con esa guerrilla, pero un desacuerdo entre las partes, el incumplimiento de la guerrilla y el resquebrajamiento de las relaciones de Uribe con Venezuela condujeron a un debilitamiento de los acercamientos. Hasta el gobierno de Juan Manuel Santos se volvió a hablar de paz con el Eln. El proceso avanzó hasta el comienzo de la administración de Iván Duque, cuando esa organización atentó contra la Escuela de Cadetes de la Policía, mató a 22 jóvenes estudiantes y provocó la decisión del gobierno de suspender los diálogos. De ahí, hasta el nuevo intento de Petro.

Disidencias de Farc admiten que ‘Iván Mordisco’ no es el jefe

En su propósito de alcanzar la “paz total”, el presidente Petro también se embarcó en el ambicioso propósito de dialogar con las disidencias de las Farc, que básicamente se distribuyen en dos grandes grupos: las que nunca se acogieron a los diálogos con el gobierno de Santos que condujeron a la desmovilización del grueso de esa guerrilla en 2016 y que hoy se denominan Emc, bajo el mando de alias ‘Iván Mordicso’, y las que desertaron de ese proceso de paz habiendo estado en la mesa de negociación y hoy se autodenominan ‘Segunda Marquetalia’, encabezadas por alias ‘Iván Márquez’.

Pero en las últimas horas trascendió que el Emc no actúa bajo el mando de ‘Iván Mordisco’ y que habría una especie de federalización de esa organización, como ocurre con el Eln, lo que definitivamente alejaría aún más al Gobierno Nacional de su objetivo de alcanzar la paz para Colombia. Eso ha quedado en evidencia con la ola de violencia que los bloques occidental ‘Jacobo Arenas’ y el recién creado central ‘Isaías Pardo’ han desatado en el Cauca, y los diálogos en que permanecen los bloques ‘Magdalena Medio’ y ‘Jorge Briceño’, en Caquetá.

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Uno de los mandos que está en la mesa de diálogo, ‘Andrey Avendaño’, explicó en Semana que los que se mantienen en el proceso de diálogo con el Gobierno son las delegaciones que estuvieron en San Vicente del Caguán; es decir, el bloque ‘Jorge Briceño’, que está en los llanos del Yarí, y el bloque ‘Magdalena Medio’, que representa a la región del Catatumbo, sur de Bolívar, parte de Antioquia y parte de Santander.

Pero después manifestó algo que el país ya preveía: que alias ‘Iván Mordisco’ “no está hoy en el espacio de diálogo, y que no es el jefe supremo de las disidencias de las Farc. “Como están las condiciones actualmente, las unidades a nivel de los territorios se direccionan por las direcciones de los bloques”, le dijo ‘Andrey Avendaño’ a la revista.

Preguntado por si ‘Iván Mordisco’ es el jefe máximo de las Farc, el insurgente respondió: “Hoy nos atreveremos a decir que no hay un mando único; hay coordinaciones de respeto. En esas coordinaciones, obviamente, tiene que haber un coordinador, y era Lozada (‘Mordisco’) hasta el momento en que internamente tomamos la decisión de enviarle un documento y le planteamos que no veíamos condiciones para trabajar bajo esas coordinaciones por la misma dinámica que se vive en los territorios”.

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