Todos los seres humanos, como es natural, tienen su ocaso. Pero hay unos a los que, por su exposición social y prestigio alcanzado, esa etapa de la vida les da muy duro, y más si se ven envueltos en escándalos. Ese es el caso del excandidato presidencial del Centro Democrático Óscar Iván Zuluaga, que empieza a tener un declive muy vertiginoso debido a los audios que le grabó el exdirector de Invías Daniel García Arizabaleta.
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En esos audios, este político que fuera uno de los consentidos del líder del uribismo, Álvaro Uribe, admite que a su campaña presidencial de 2018 sí ingresaron 1,6 millones de dólares de la multinacional corruptora brasileña Odebrecht. No de manera directa, sino a través de un pago al publicista de su campaña, el brasileño Eduardo Cavalcanti de Mendoca (‘Duda’ Mendoca). Zuluaga renunció al Centro Democrático que, en todo caso, venía tomando distancia de él. Y, para completar, arrastra a su hijo David, al que dijo querer proteger a toda costa.
El Centro Democrático no tardó mucho en darle respuesta a Zuluaga: le aceptó la renuncia, aunque esa colectividad política se dio un tiro en el pie, pues pidió a las autoridades investigar las campañas presidenciales de 2014, 2018 y 2022, arrojando un manto de duda sobre los comicios que llevaron al poder a su propio candidato Iván Duque (2018). Después, corrigió esa información ante el pedido airado del gerente de la campaña de Duque en 2018, Luis Guillermo Echeverry.
Semejante situación podría tener explicación en la premura del uribismo de desmarcarse de Zuluaga, pues en frente ese partido tiene las elecciones regionales de octubre próximo, a las que el Centro Democrático quiere llegar sin ninguna mancha. El sentir de los uribistas frente a Zuluaga fue expresado por prominentes figuras de ese partido, desde el expresidente Álvaro Uribe hasta las senadoras María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, entre otras, que hunden al excandidato presidencial en una soledad absoluta.
Ahora, Zuluaga, cuya carrera política lo llevó a ganar una primera vuelta presidencial y casi lo instala en la Casa de Nariño, deberá responder ante la justicia, en donde el panorama se avizora realmente oscuro. Él y su hijo David tienen que presentarse ante la Fiscalía este lunes 10 de julio para la imputación de cargos relacionados con las grabaciones en las que el propio excandidato presidencial reconoce que recibió dineros de Odebrecht para su campaña.
El político caldense tendrá que responder por tres delitos: fraude procesal, enriquecimiento ilícito y falsedad en documento privado. Por su parte, David Zuluaga —quien fungió como gerente de la campaña— será imputado únicamente por fraude procesal. La situación apunta a un triste final para este político que le habría vendido el alma al diablo, y con la bendición de un sacerdote…
La cárcel, posibilidad fuerte para Óscar Iván Zuluaga
Óscar Iván Zuluaga y su hijo David tienen varios caminos jurídicos, de acuerdo con un análisis que hace semana sobre las posibilidades del político, el primero de los cuales es aceptar cargos y, mediante una sentencia anticipada, rebajar la pena hasta en 50 por ciento.
Sin embargo, estima la publicación, “por la gravedad de los cargos, ambos tendrían que ir a prisión, probablemente domiciliaria o en una guarnición militar”.
Otro camino, continúa el mismo medio, sería “solicitar un preacuerdo con la Fiscalía que les permita una rebaja, pero tendrían que hacer delaciones. Esto no parece viable”.
Según la revista, Zuluaga estuvo esta semana en la Fiscalía explorando sus posibilidades. “Aunque su defensa habría contemplado la opción de que él asuma la culpa y diga que engañó a su hijo, los audios, de entrada, pulverizan esa salida. Será impactante ver a Zuluaga ante un juez”, concluye.
Todo le resultará más complicado para Zuluaga pues deberá explicar también la alteración de los documentos de las cuentas de campaña presentadas ante el Consejo Nacional Electoral.
Con eso obtuvo 26.000 millones de pesos en reposición de votos. “Zuluaga y su hijo David, quien era el gerente, mintieron al no incluir en los estados financieros los 1,6 millones de dólares que le donó la multinacional del soborno al pagar la asesoría del estratega Duda Mendonça. ¿Qué habrá pasado con los 26.000 millones de pesos?”, se pregunta Semana.
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