Apartes del documento, incluida la frase inicial, fue revelada por el columnista de Semana Daniel Coronell, quien le da crédito al arqueólogo digital Carlos Carrillo.

El siguiente es uno de los apartes del documento:

“Afortunadamente no se propuso una línea elevada de metro para Bogotá. Las líneas de metro elevadas hacen daños urbanísticos severos a la ciudad. Por ejemplo en la avenida Caracas habría que cortar todos los árboles de caucho del separador. Estas líneas de metro elevadas oscurecen, ocasionan desvalorización y criminalidad a sus alrededores. Para prever su impacto, basta observar lo que pasa bajo los actuales puentes en Bogotá: Aunque son cortos, son orinales en espacio público, atracaderos, que desvalorizan sus alrededores. En las ciudades avanzadas del mundo se demolieron casi todas las líneas elevadas de metro. En Paris y Nueva York construyeron unos parques sobre un par de pequeños tramos que quedaron de algunas líneas elevadas que se demolieron”.

En el documento, Peñalosa también afirmaba que era “equivocado” decir que el metro y el Transmilenio eran complementarios. Además, señalaba que el aporte del metro no sería significativo y que “en algunos aspectos Transmilenio supera al metro”.

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El alcalde explicaba que “una línea de metro no solo no va a arreglar los problemas de movilidad de nuestra ciudad (Bogotá), sino que ni siquiera va a tener un efecto perceptible para la mayoría de ciudadanos”.

Ahora, Peñalosa promueve el metro elevado y el Consejo de Bogotá ya aprobó la asignación de recursos para su construcción.

Alrededor de 6,08 billones de pesos, provenientes del 50 %  de la sobretasa de la gasolina que se recaude en los próximos 23 años, fueron comprometidos por la bancada peñalosista en el cabildo distrital en una controvertida votación que será impugnada por concejales de izquierda.

La Alcaldía de Bogotá no ha concluido los estudios técnicos que son un requisito necesario para que el Gobierno Nacional libere los 9,8 billones de pesos que prometió para cofinanciar la primera línea metro de Bogotá que tendrá una extensión de 23,96 kilómetros.

Ese primer tramo saldrá desde Bosa, donde habrá un patio taller, subirá por la calle primera  y llegará hasta la calle 72 con Caracas en un trayecto corto que servirá como alimentador del Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp).