Aunque en el día después de la jornada del paro nacional del 28 de abril muchos medios de comunicación han sido protagonistas porque fueron vandalizados, el diario El Espectador ha logrado la atención de muchos con su edición impresa por la forma en que enfocó su artículo central sobre las manifestaciones.

‘Un país sin tapabocas’ es el título del artículo, acompañado por una fotografía panorámica de una de las manifestaciones en la que se confunden decenas de personas, unas con tapabocas y otras tantas relajadas sin ese elemento fundamental en la contención de la pandemia del coronavirus.

La imagen deja en evidencia que la preocupación de las autoridades por que esta jornada de protestas se convirtiera también en una jornada de relajación de las medidas de bioseguridad se hizo realidad, pese a las advertencias de que eso puede repercutir en el incremento de solicitudes de camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).

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También ocurrió a pesar de que los organizadores de la protesta, como el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés Tello, prometiera la víspera que los manifestantes no se iban a aglomerar.

Pero más allá del tema del coronavirus, el titular de El Espectador también hace referencia, y esa es su virtud, a una de las razones (es decir, al contexto) por las que se produjo el día de protestas: la reforma tributaria que presentó el Gobierno al Congreso de la República, y que desató el descontento nacional.

Así que el título ‘Un país sin tapabocas’ no solo alude al descuido e irresponsabilidad de algunos manifestantes, sino a la decisión que tuvieron muchos de salir a reclamar, pese a los pedidos de diferentes sectores de que no se hiciera en estos días del tercer pico de la pandemia, y al hecho de que se respetó, por parte de las autoridades, el legítimo derecho constitucional de la protesta.

El Espectador
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El titular fue comentado en redes, aunque no siempre con claridad. El periodista Juan David Laverde, por ejemplo, lo presentó en su cuenta de Twitter, pero de manera ambigua: “Esta portada de El Espectador”, se limita a decir, sin aclarar si le parece bueno o malo.

Precisamente, por esa razón recibe comentarios como este: “Pues a mí me encantó. Es obvio que no se refiere al tapabocas físico, sino al tapabocas que evita protestar contra este gobierno”. Otro opina que “pudieron ponerlo entre comillas”, sin explicar por qué.

Todo eso deja claro que el titular del diario bogotano llamó la atención y acertó al definir la situación que vive Colombia, entre pandemia y reforma tributaria.