Vuelve y juega. Dos semanas después de que el suroccidente de Bogotá se viera afectado en su movilidad y orden público debido a la protesta de personas que se dedican al bicitaxismo, y también al mototaxismo, este viernes la situación se repitió luego de que la Policía de Tránsito realizara un operativo para inmovilizar este tipo de vehículos con motor.

Efectivos de la Policía Metropolitana de Bogotá y del Escuadrón Móvil Antidisturbios tuvieron que acudir a esta zona de la ciudad (barrio Patio Bonito) para intentar restablecer la movilidad en la Avenida Ciudad de Cali con Avenida Américas, en donde se presentaron bloqueos al sistema de transporte TransMilenio, disturbios y hasta vandalizaciones a buses públicos, ante la resistencia de esas personas a entregar los vehículos con los que trabajan.

Según informó la empresa TransMilenio, un total de 31 buses del Sistema Integrado de Transporte Público fueron atacados: 13 buses troncales (rojos) y 18 buses zonales (azules).

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Así mismo, la operación en el Portal Américas fue interrumpida desde la mañana, así como el servicio desde la estación Banderas y Transversal 86. Con el paso de las horas, sobre las 2 y 3 de la tarde, el tránsito por la troncal exclusiva se fue restableciendo de manera paulatina.

¿Por qué revivió esta problemática?

El debate sobre el bicitaxismo y el mototaxismo ha sido una constante de varios años desde que esos medios de transporte se convirtieron en una alternativa para los habitantes de sectores a los que no llega el transporte público masivo o individual, como buses, Sitp, Transmilenio, taxis, etc.

Al mismo tiempo, se convirtió en fuente de ingresos y sustento de cientos de personas que encontraron en estos una forma de llevar el pan a sus hogares.

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No obstante, con el paso del tiempo y la proliferación de estos vehículos, se fueron convirtiendo en una problemática para la movilidad, pues algunos optaron por incorporarles motores para ganar tiempo en los desplazamientos, lo cual los convirtió —en el caso de los mototaxis— en motivo de quejas ciudadanas debido a la alta velocidad con la que circulan y a que generan accidentes con transeúntes, ciclistas y vehículos.

Ante esto, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ordenó sacar de circulación los bicitaxis y mototaxis de Bogotá, aunque después afinó la orden y dijo que la instrucción era contra los que tuvieran motor, puesto que “no podemos tener un vehículo con motor, a toda velocidad, rodando por andenes y ciclorrutas, porque eso accidenta peatones, biciusuarios y personas mayores. Eso siempre ha estado prohibido. Lo que pasa es que con la pandemia y la población migrante que llegó, eso ha ido subiendo y tenemos que controlarlo”.

Aun así, esa primera orden generó protestas en el sector de Patio Bonito, una zona en la que los bicitaxis y mototaxis son forma de transporte y trabajo. Situación que se repitió este viernes en medio de los operativos de la Policía por sacar de circulación los que tienen motor.

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Según el Distrito, se estima que de los casi 4.600 bicitaxis que circulan en la ciudad, al menos el 51 por ciento tienen motor: un fenómeno que se acrecienta en el sur de la ciudad, como en Patio Bonito, localidad Kennedy, en donde, según la alcaldesa, hay mucha población colombiana y migrante, que ha empezado con el mototaxismo.

Julián Contreras, bicitaxista de Abastos, suroccidente de la ciudad, señala que “somos más de 5.800 personas dependiendo de esto. La situación ha sido dura y mucho más después de la pandemia. Hemos sobrevivido como hemos podido. No somos delincuentes”.

¿Qué opinan los expertos?

Según el profesor de la Universidad de la Salle, Edder Velandia, Bogotá se ha quedado corta en la tarea de regularizar estos vehículos, como lo permite la norma nacional y, por ello, “en los últimos diez años que hemos venido estudiando este tema, evidenciamos que el servicio que prestan los taxis, colectivos y bicitaxis son servicios colectivos. Y eso pasa porque no hay transporte colectivo formal en distintas zonas de la ciudad, como el Virrey, cerca de la Universidad Externado, portales y paraderos de Transmilenio, entre otros”.

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Así mismo, el director ejecutivo de Futuros Urbanos, Omar Oróstegui, señala que “hace falta voluntad política, ya que las últimas alcaldías sí han hecho estudios de caracterización, pero no lo han reglamentado y la resolución habla de una plataforma, licencia, permisos, luces, pedaleo asistido, frenos y una reglamentación de zonas y tarifas. A Bogotá le dieron un año para implementar todo esto, pero no lo hizo. Se escudaron en que el Ministerio no ha entregado la homologación técnica y dejaron que el problema siguiera avanzando”.

Un proyecto en el Concejo de Bogotá para regularlos

El pasado miércoles, en el Concejo de Bogotá se radicó un Proyecto de Acuerdo para desarrollar una política pública en torno a este modo de transporte que, según el gremio, moviliza diariamente a 150 mil usuarios en la capital del país.

La propuesta la hizo la concejal María Clara Name (Alianza Verde), quien asegura que su propuesta busca implementar acciones a nivel Distrital para garantizar el derecho al trabajo y el mínimo vital de las personas dedicadas a esta actividad.

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“Desde el Concejo no podemos emitir una normatividad al respecto, pero sí podemos generar los lineamientos para que la administración Distrital formule la política pública en torno a los bicitaxistas”, expresó la cabildante.

Según caracterizaciones que ha hecho este gremio, en el que están más de 8 mil personas, la mayoría de los conductores pertenecen a poblaciones vulnerables, como mujeres cabeza de familia, adultos mayores, personas con discapacidad.

Por ahora, este proyecto debe ser agendado para ser discutido y debatido en el Concejo. A la espera de que sea aprobada, entre tanto, están las personas dedicadas a este oficio, pues sería el camino para iniciar la formalización de este trabajo en la capital.

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