En uno de los sectores más pobres de Cartagena, Marlín Tafur Rodríguez, madre cabeza de familia a cargo de tres hijos (7, 15 y 27 años respectivamente) quien reside en el barrio Nelson Mandela, sector el Silencio, vive una tragedia económica por altos cobros en energía. 

La mujer cuenta que se encuentra desempleada, trabaja las noches en un puesto vendiendo fritos, en una calle cerca al apartamento donde vive, el cual es propiedad de su madre, la señora Betty Rodríguez Salas.

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Tafur cuenta que desde hace 4 meses está recibiendo recibos de la empresa Afinia por valores exorbitantes, los cuales considera injustos al vivir en un estrato uno; debido a sus condiciones laborales no ha podido cancelar.

“En julio el recibo me llegó por 1’644.990 pesos. Un costo aterrador. Casi me da algo cuando lo vi […] el último recibo me llegó por 498.000 pesos, y la empresa no responde a los llamados, no me dicen nada … ni siquiera me han venido a cortar el servicio, porque ninguno de los dos recibos los puedo pagar”, mencionó Marlín.

La madre cabeza de familia dice que, desde inicios del 2022 los costos del mismo recibo ya eran elevados para vivir en ese sector, pues era de 120.000 pesos. 

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Marlín Tafur pide ayuda ante cobros aterradores de energía

La mujer recurrió a una veeduría ciudadana, mecanismo que defiende precisamente a los mimos cartageneros frente a abusos en las prestaciones de servicios públicos. 

Ante el desespero que viven ella y su familia por ese elevado costo, la mujer solo pide una cosa “Ayúdenme a clarar esta situación. No puedo pagar esos recibos. No nos dejen solas”.