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Un dato preocupante compartió el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, respecto al flujo de migrantes en la región de Urabá. Casi 2.000 personas están varadas, en situación de calle porque se quedaron sin recursos, en cuatro municipios de esa subregión.
Lo que dijo el mandatario es que el número de personas varadas pasó de 1.000 en los últimos días a casi 2.000 en esta semana. Los lugares en los que se concentran son Mutatá, Apartado, Turbo y Necoclí. Allí muchos esperan por ayudas humanitarias o por dinero enviado a través de sus familiares para continuar la peligrosa ruta que atraviesa el Darién. Empresas de transporte hacen pacto para llevar a migrantes hasta el Urabá antioqueño.
Aunque Gaviria no discriminó el número de mujeres y niños afectados por esta situación, desde la zona reportan que el flujo de familias integradas por personas vulnerables no ha cesado. De hecho, se ha registrado un aumento porque las condiciones climáticas para viajar en lancha y luego a pie por la selva así lo han permitido.
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En Medellín, por ejemplo, algunas empresas prestadoras del servicio de transporte a Urabá ya registran mayor actividad hacia destinos como Necoclí. A vuelo de pájaro, dicen, desde la terminal estarían saliendo diariamente casi 1.000 migrantes rumbo a Urabá, cifra que recuerda las fechas de colapso que vivió esta ruta en meses pasados, cuando las políticas sociales se endurecieron en el sur del continente y esto resultó en una oleada de migrantes.
Gaviria dijo que avanzan las gestiones con las alcaldías de Mutatá, Apartadó, Turbo y Necoclí para brindarles atención a estas personas. También mencionó que por ahora preocupan los amagues de cierre de la frontera por parte de Panamá, y que en últimas esa medida, agregó Gaviria, no va a desestimular la migración. “Buscarán otras rutas para llegar a Panamá”.
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Esta situación se vive en medio de un número preocupante: este agosto se registró un pico en el paso de migrantes por el Darién. Según los registros entregados por el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá, durante el mes pasado cruzaron 79.455 migrantes la frontera entre Colombia y Panamá, de los cuales 18.184 eran menores de 18 años.
Con esta cifra, entre el primero de enero y el 31 de agosto, por la frontera binacional cruzaron 331.213 migrantes, de los cuales 200.000 son venezolanos. Esto explica en parte el panoramá que viven en Necoclí, donde el hospital tuvo que recurrir a un cobro coactivo por la atención que le ha prestado a los migrantes mediante el servicio de urgencias y que la Alcaldía no ha pagado.
Una deuda de casi $ 700 millones tiene al hospital encartado, según le dijo su gerente Neyder Pupo a El Colombiano, y ello implicó que la entidad prestadora del servicio de salud tuviera que acudir a instancias legales para recibir el pago. De lo contrario, dijo el gerente, el hospital se vería en recortes y, en un futuro, hasta cerrando puertas.
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