El más importante establecimiento médico público del Quindío ha visto resentidas sus finanzas por la desaparición de varias empresas prestadoras de servicios de salud y, como lo expresan los gerentes de los demás hospitales del departamento, no son optimistas sobre las posibilidades de recuperar esta cartera.

El gerente de la institución, Rubén Darío Londoño Londoño, así lo reiteró: “Realmente no creemos que ese dinero ingrese a las arcas, pues dadas las condiciones de esas entidades liquidadas que a lo último terminan diciendo que no tienen con qué pagar, esos $60.000 millones están, digamos, en una incertidumbre”.

El profesional agregó que no obtener ese dinero sería bastante perjudicial, porque sería clave para el crecimiento del hospital y poder actualizar tecnológicamente la institución y garantizar una mejor prestación de servicios a los usuarios.

 

 

El presupuesto de 2022 para el establecimiento de salud es de $ 112.000 millones, recurso avalado y autorizado por la junta directiva, así como por la secretaría de Hacienda territorial. “Las cuentas por cobrar están por los $122.000 millones”. 

Las deudas de EPS

Hospizona, al igual que los demás establecimientos clínicos públicos del Quindío y del país, han visto seriamente comprometidas sus finanza por la repentina liquidación de una de las EPS con mayor cantidad de usuarios: Medimás.

Londoño Londoño confirmó que Medimás le quedó debiendo a la entidad $26.000 millones, además de otras entidades prestadoras que no ya existen como Cafesalud ($14.000 millones), Salud Vida ($10.000 millones) y Coomeva EPS ($4.000 millones).

“Hay otros saldos que están pendientes, en todo ellos, al sumarse, dan $60.000 millones que tristemente vamos a tener que prescindir de ellos”, aseguró el gerente hospitalario.

A partir de la distribución de los usuarios que hacían parte de Medimás, el San Juan de Dios trabaja con las EPS Sura, Sanitas, La Nueva EPS y Salud Total:

“Esta población está con nosotros y siguen facturando”, confirmó el funcionario.

El gerente indicó que se tiene contrato con todas las entidades que tengan prestación de servicios y las entidades de pago responsables. “Para atender un paciente en el hospital no necesita contrato, yo debo, por ser una institución pública y una ESE, atenderlo y buscar después la forma administrativa de cómo resolver sobre quién puede pagar”.

Otras cifras

En materia de venta de servicios, el San Juan de Dios de Armenia factura alrededor de $9.000 millones y por mes cerca de $500 millones.

“Para el año 2019 estábamos cerca de los $7.000 millones, bajamos un poco ese presupuesto en el 2020 debido a la COVID-19. Al final de la temporada pasada nos recuperamos bastante y ya estamos cerca a los $9.000 millones”.

Sobre los pasivos, Londoño Londoño explicó a este medio escrito que se encuentran al día, así como con proveedores, con la nómina del personal de planta y contratistas.

 

No obstante, con la liquidación de Medimás y el cambio repentino en materia presupuestal, el directivo dijo que “hay una dificultad importante porque los ingresos hacen que no podamos reinvertir, pero nosotros hemos sido juiciosos en el gasto, tratamos de mantener la austeridad y eficiencia para que la plata nos alcance”.

Empero, destacó que si tuvieran mayores ingresos podrían lograr mayores servicios, crecer en infraestructura física y actualizar tecnología para que las personas que llegan al lugar no tengan que desplazarse a otro sitio.

Secuelas de la Pandemia COVID – 19

El San Juan de Dios ha jugado el papel más importante en respuesta a la emergencia provocada por la COVID-19, estuvo a punto de colapsar la Unidad de Cuidados Intensivos y la de intermedios, así como urgencias, pero, para bien de los quindianos, nada de ellos sucedió.

Para Rubén Darío Londoño Londoño, hoy por hoy la pandemia ha pasado a un segundo plano desde el punto de vista de las complicaciones.

“Si bien hay algunos casos positivos no han sido necesaria su hospitalización y mucho menos que deban ingresar a las unidades de cuidados intensivos o intermedios. La gente seguirá contaminándose por la Covid-19, ese riesgo no va a desaparecer por un largo tiempo, pero seguiremos en alerta y con la capacidad de atención”, puntualizó el gerente.

 

La institución le apunta a contar con la unidad de nefrología y un resonador magnético. También piensan en la unida de hemodinamia.