Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Leonardo Olaya   Ago 30, 2023 - 8:07 am
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La aparente intoxicación de 24 pacientes —en su mayoría maternas— en el Hospital General puso los reflectores sobre un cambio en el servicio de alimentación que pasó de agache en su momento. Resulta que la Corporación Ser Colombia, firma que venía ejecutando un monto de $ 12.466 millones, se hizo a un lado en febrero pasado y le cedió el compromiso de atender la alimentación de los pacientes y trabajadores del hospital a un tercero: Ardiko A&S Construcciones, Suministros y Servicios SAS, otra firma que arrastra con varios cuestionamientos.

El cuento cobró relevancia el 8 de agosto pasado, día en el que los trabajadores del Hospital emitieron una alerta por la posible intoxicación de varias maternas. “Hay 12 pacientes con diarrea. Ellas dicen que es por la alimentación”, fue el reporte entonces. El episodio, según conoció EL COLOMBIANO, se extendió durante cuatro días y afectó en su mayoría a mujeres en estado de gestación. “Dijeron que activaron un protocolo, pero tienen muchos síntomas. Todo lo están haciendo muy callado”, dijo uno de los trabajadores.

La directriz habría venido con una acotación: “Evitar que el tema trascendiera para impedir un posible cierre de la cocina”. Aunque el relato conocido por este diario no arroja más detalles, una fuente al interior de la entidad confirmó el episodio y agregó que, incluso, la contingencia no se atendió con celeridad desde el primer día. “Igual pasó con unos compañeros trabajadores, a quienes les dieron un hígado que les causó problemas estomacales”, sostuvo.

El hospital, de hecho, emitió un comunicado interno el 23 de agosto pasado. Dijo entonces que la Secretaría de Salud descartó un “brote de enfermedad transmitida por alimentos”. En la comunicación se reconoce que 24 pacientes, quienes consumieron alimentos por la empresa contratada por la institución, presentaron desde el 7 de agosto diarrea, dolor abdominal, náuseas y vómito. Sin embargo, luego de entrevistas y pruebas médicas, “se concluyó que dicho evento no estuvo relacionado con el consumo de agua ni de alimentos, por tanto queda descartada la presunción de una ETA —enfermedad transmitida por alimentos— en la institución”.

Pero el parte de la entidad no resolvió las dudas que el episodio despertó entre los trabajadores del Hospital. Por el contrario: la firma que asumió el relevo del contrato adjudicado en principio a la Corporación Ser Colombia pasó a ser el centro de discusión. Y aunque una fuente al interior de la institución confirma que el servicio de alimentación mejoró una vez Ardiko asumió su prestación, “se están descuidando y, además de la reciente intoxicación, aún persisten las demoras en la entrega y se sirven comidas frías”.

Cuento viene de atrás

Pero la cesión del contrato que hizo de forma casi silenciosa la Corporación Ser Colombia no fue sorpresiva. La firma venía envuelta en un huracán de cuestionamientos porque en agosto de 2022 se conoció un informe de interventoría que reseñaba graves falencias en la prestación del servicio. Se habló entonces de un aumento de 300% en las quejas por el servicio de alimentación, de incumplimiento en los horarios, dietas deficientes y, como si fuera poco, “una compota con astilla de plástico”.

Pese a estos reportes, los argumentos que compartió el contratista con el Hospital General para hacerse a un lado fueron distintos. En el documento que soporta la declinación se lee: “Esta corporación ha sido blanco de múltiples señalamientos infundados y a nuestro criterio temerarios respecto a la calidad y prestación del servicio. Hemos sido objeto de calumnias y aseveraciones que incluso vulneran derechos constitucionales (…), además de actos de sabotaje introduciendo elementos dentro de las dietas administradas a los pacientes”.

El documento en cuestión fue suscrito el 1 de febrero entre el representante legal de la Corporación Ser Colombia, Francisco Antonio Heredia, y la de Ardiko, Adriana Camargo Beltrán. El procedimiento contó con el visto bueno del Hospital, que aclaró que la movida tiene pleno respaldo legal y que, en estos casos, el contratista titular puede proponer una firma que lo releve siempre y cuando esta cumpla con las condiciones fijadas en los pliegos madre del contrato.

La cosa es que el ruido en este enroque aparece de inmediato: reseñamos en julio de 2022 que Ardiko se quedó sorpresivamente con un contrato de $39.561 millones licitado por EPM para la alimentación de los casi 1.200 trabajadores de los campamentos de Hidroituango. Hablamos de sorpresa porque la preparación y posterior entrega de alimentos no parecía ser el objeto principal de una empresa dedicada a las “construcciones y suministros”.

Pero las suspicacias respecto a la calidad de Ardiko no solo vinieron de su nombre sino de la posterior denuncia de los trabajadores objeto del contrato. En Hidroituango pasaron de comer como reyes a comer como “enfermos”, según testimonios recolectados por este diario. Hasta comida descompuesta, que terminó en la basura, fue reportada en su momento.

Pero este no es el único pero: para la fecha Ardiko figuraba entre 35 firmas en indagación por parte de la Contraloría de la República por supuestos sobrecostos en un contrato de kits alimentarios con la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos (Ungrd). Pese a estas alertas, desde el Hospital General sostuvieron que la firma cumplió con los requisitos para asumir el contrato y que, hasta el momento, ha cumplido a cabalidad con el mismo.

Expresaron: “Ardiko viene cumpliendo a cabalidad el objeto contractual que asumió (…) y a la fecha no se ha presentado una situación que tenga como consecuencia la declaratoria de incumplimiento respecto a las obligaciones contraídas”. A Ardiko, pese a que tratamos de ubicarlos vía telefónica, no logramos contactarlos previo al cierre de esta edición. La inquietud que queda en el aire y que por lo demás soportaría un segundo capítulo de este enredo es la relación que media entre Ser Colombia y Ardiko, además de la apuesta decidida del Hospital General por contratistas con cuestionamientos.

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