“En diciembre y hasta la segunda semana de enero vino muchísima gente y, claro, esas escaleras se comenzaron a dañar porque no aguantaron a tantas personas”, dijo una de las guías turísticas de la zona, en Medellín.

Personas provenientes de todo el mundo llegaron a este sector de la comuna 13 (San Javier) para conocer uno de los proyectos innovadores, construido inicialmente para movilizar a los habitantes de la zona.

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La megaobra fue inaugurada en diciembre de 2011, aunque comenzó a operar en el primer trimestre del año siguiente. Tenía como objetivo eliminar más de 350 escalones para subir de la parte baja del barrio hasta el sector Plan del Che y así mejorar la calidad de vida de sus residentes.

Lo que nunca se imaginó cuando se iniciaron los trabajos en el 2010 es que con esta obra la zona de casas que lucían sus ladrillos naranjados se iba a convertir en un epicentro comercial y turístico.

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Y si bien esto trajo consigo riqueza económica para una zona en antaño deprimida y llena de carencias, actualmente las escaleras están pagando el precio del sobreuso, puesto que, según estadísticas de Terminales Medellín, estas estaban diseñadas para transportar a 12.000 personas al mes y actualmente la cantidad puede llegar a los 90.000.

¿Cómo están funcionando?

Cuando se transita por los tramos 3 y 4, estos lucen letreros que dicen “escalera en mantenimiento”. En el primero de ellos explica que tiene que ver con la banda de rodamiento y en el segundo es por el motor. En el tramo 1 no hay ninguna señalización, puesto que ha presentado problemas reiterativos que la apagan, pero luego de un arreglo paleativo vuelven a ser encendidas, según los guías.

Pero este daño no es nuevo. Desde las primeras semanas de diciembre dejaron de funcionar la que era la calzada descendente el tramo 3 y la ascendente del 4. En ambos, solo están habilitados de subida, mientras que si una persona quiere bajar, debe hacerlo por las peatonales.

“Desde que se dañaron las escaleras ya hemos visto varios accidentes, de personas que se resbalan y se caen”, explicó María Isabel del Río, una comerciante que tiene su negocio en uno de los descansos entre los tramos 3 y 4.

Uno de los guías destacó que no recuerda desde que funcionan las escaleras que haya tantos tramos fuera de servicio y por tanto tiempo. “La gente viene, en gran parte, con la idea de visitar el proyecto, y se encuentra con que hay muchas partes malas y esto está alejando al turista y más que estas vienen malas desde diciembre, cuando nunca había pasado algo parecido. Siempre era un daño de pocos días y ya volvían a funcionar”, dijo otro de los guías.

Terminales Medellín, según información de su sitio web, “se encarga de la administración, operación y mantenimiento de este proyecto desde el año 2011, de la mano de un equipo humano de 18 colaboradores, entre ellos: 3 administrativos, 2 supervisores y 13 gestores territoriales encargados de velar por el óptimo funcionamiento de las escaleras eléctricas (…) Este proyecto es desarrollado mediante un Contrato Interadministrativo con la Secretaría de Movilidad de Medellín”.

Al ser consultadas ambas entidades sobre quien tiene a cargo el arreglo de estos tramos, ninguna asumió la responsabilidad y las preguntas dirigidas a la jefatura de prensa de la Alcaldía de Medellín tampoco fueron resueltas.

Lo único que se sabe, entre los comentarios de barrio, es que los tramos averiados están a la espera de repuestos que deben llegar del exterior y aún no han llegado. También se ha dicho que aún no hay personas contratadas para realizar este mantenimiento, pero solo son eso, comentarios de vecindario ante la falta de información oficial.

Lo evidente es que el deterioro que de a poco se come a la ciudad también llegó a uno de sus principales atractivos turísticos, que espera que le echen una mano y no lo dejen caer.