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Este artículo fue curado por Gustavo Arbelaez   May 13, 2024 - 8:22 am
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Johann Christof Friedrich Kuchemann, el ciudadano alemán que falleció a los 76 años el lunes en Medellín, se enamoró tanto de Colombia que para él no había otro lugar mejor en el mundo para pasar su vida de jubilado. Amaba estas tierras.

Eso fue lo que le dijo su esposa María Isabel Reyes a Semana, quien recordó importantes momentos de la vida de él y su lucha contra la pobreza en América Latina, pero también resaltó a ese hombre generoso y alegre que según ella, “tuvo una vida plena y feliz”.

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Según contó María Isabel en dicho medio, Johann Christof llegó a Colombia con sus padres a la edad de 11 años, hizo parte del Colegio Alemán en Bogotá y desde ahí comenzó su amor por el país. Estudió matemáticas y luego hizo un doctorado en sociología.

Pero no solo eso. Aparte de su natal alemán, también hablaba español, inglés, francés y portugués. Mejor dicho, el estudio siempre fue parte fundamental de su vida y lo aprovechó al máximo.

Un latinoamericano más

Aunque trabajó media vida para la Agencia Alemana de Cooperación Técnica, por sus estrategias para superar la pobreza en América Latina y su conocimiento en la resolución de conflictos, le permitieron estar por un tiempo en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), compartiendo sus saberes y ocupando un alto cargo.

Su trabajo fue tan destacado que recibió la Gran Cruz del Sol, una de las distinciones más importantes en Perú, la cual le fue entregada por el expresidente Alan García. Pero también estuvo en otros territorios como Brasil, El Salvador y Honduras, entre otros, con el firme propósito de impulsar el desarrollo social.

Y es que este alemán parecía un latinoamericano más, pues su esposa, a quien conoció en Bogotá (donde se fue la luz el Día de la Madre) y con quien tuvo 2 hijos, todavía recuerda con cariño que hasta en los aeropuertos de su país lo sacaban de las filas y le decían: “Los extranjeros van por otro lado”.

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Su muerte

Este hombre, que tenía cédula de extranjería en Colombia, estuvo los últimos años de su vida entre Bogotá y Berlín; sin embargo, desde el 2017 presentaba afecciones en su corazón, por lo que se radicó en Medellín debido a que nuestro clima le favorecía más.


Pero el pasado lunes, cuando se encontraba con sus familiares en su casa en El Poblado, se desgonzó cuando le daban de comer, tras una caída que sufrió el jueves anterior.

Aunque lo trasladaron al Hospital Pablo Tobón Uribe llegó sin signos vitales y ya será Medicina Legal la encargada de determinar las causas de su fallecimiento que apuntarían a una muerte natural.

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