Han pasado 7 meses desde que Marta Lucía Ramírez dejó la Vicepresidencia y ahora, alejada del sector público y del ajetreo político, está trabajando en un libro que incluirá parte de su biografía.

De visita en Medellín, la exfuncionaria habló con EL COLOMBIANO y, si bien no se atrevió a evaluar la gestión de su sucesora, Francia Márquez, sí reclamó que, a diferencia de lo que pasó con ella durante 4 años de gobierno, con la hoy vicepresidenta el país ha sido “mucho más benigno”.

Destaca también que Márquez tiene la ventaja de tener ministerio propio –es decir, chequera–, pero alega que está enfrascada en posiciones por la falta de experiencia: no lo dice, pero se refiere a la controversia por el uso de helicópteros. Confiesa además que en todo este tiempo solo ha hablado una vez con el expresidente Iván Duque y que no descarta volver a la política ahora que el expresidente Andrés Pastrana –su aliado de antaño– tiene partido propio.

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Tras 7 meses de su salida del Gobierno, ¿a qué está dedicada?

“Trabajando en 1.000 cosas. Me han invitado a conferencias. Sigo muy comprometida en trabajar por las mujeres, pero también sigo repensando a Colombia. Después de la pandemia, el gran desafío era ver cómo nos recuperábamos y lo hicimos mejor que la mayoría de economías emergentes. Pero llegó la invasión de Rusia a Ucrania, y ahora en Estados Unidos quebraron dos bancos. Eso tendrá un impacto sobre la economía”.

A la luz de esos desafíos globales, ¿cómo evalúa la gestión de Petro?

tEl desafío era seguir al mismo ritmo y atraer más inversión, pero sentimos que no ha sabido valorar suficientemente esa oportunidad. Su tarea, con tanta crisis internacional, es devolverle a Colombia estabilidad y confianza”.

¿Qué otros frentes le preocupan?

“La seguridad. Todos los días estamos oyendo que la delincuencia está muy alborotada. También que el orden público en algunos lugares está fuera de control. Cualquier grupo criminal que amenace la seguridad tiene que enfrentarse con toda la contundencia por la Fuerza Pública”.

¿La “reformatón” de Petro en el Congreso la inquieta?

“Más que los temas en sí mismos, me inquieta el cómo se van a sacar adelante. Es muy importante que un gobierno tenga la disposición de escuchar y de sentarse a recoger argumentos”.

En medio de ese proceso, ¿qué lectura hace del Partido Conservador, declarado de gobierno?

“Lamentablemente tuve que renunciar al Partido porque en un momento resultó mucho más atractivo el peso de la burocracia que una campaña propia”.

¿Eso mismo está pasando hoy? ¿pesa más la burocracia?

“Lamentablemente sí. La llegada de Efraín Cepeda a la Presidencia también es una señal de que el Partido está consciente de su equivocación y de su perdida de credibilidad. Esta es una colectividad demasiado importante y no puede estar entregada incondicionalmente a un Gobierno con el cual hay diferencias ideológicas tan profundas”.

Qué dijo Marta Lucía Ramírez sobre el desempeño de Francia Márquez

“No me queda bien dar una opinión sobre la vicepresidenta, porque yo misma fui objeto de ataques muy desconsiderados, de calumnias, burlas y toda clase de vituperios. Ella tiene una ventaja muy grande frente a mí y es que le dieron un Ministerio con presupuesto propio. Con eso puede concentrarse en hacer una tarea que tenga impacto.

Sin embargo, considero que está enfrascada en posiciones que son quizás producto de la falta de experiencia. Cuando estamos en un cargo público no somos dueños de nada, ni estamos por encima de la ley. Hay que dar ejemplo”.

Usted fue víctima de burlas y ataques, ¿siente que a la vicepresidenta, por su condición de mujer, le está pasando lo mismo?

“Son casos muy distintos. Con ella han sido mucho más benignos que conmigo. Lo que uno ve es total apoyo y mucha generosidad en todas sus expresiones. A ella no le tocó lo que a mí recién empecé el cargo, cuando había mujeres que decían que yo no representaba a ninguna mujer colombiana. Cosas de ese estilo fueron muy duras.

Se necesita mucho el trabajo de una vicepresidenta comprometida con cerrar la brecha social y la inclusión de mujeres. Quisiera ver más acción ahí”.

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¿Sigue hablando con Iván Duque?

“Una vez hablamos, algo muy ocasional. No nos hemos visto”.

¿Terminaron distanciados?

“No. Él siempre ha tenido su equipo de gente muy cercana y viaja mucho. Yo fui una vicepresidenta que hizo parte de una coalición porque aporté unos votos importantes. Pero después del gobierno no hemos tenido tanto contacto”.

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A propósito de votos, el expresidente Andrés Pastrana ya tiene partido propio, ¿le suena volver a la política?

“Sigo siendo muy aliada del presidente Pastrana y con su partido se abre una esperanza nueva para la gente que tiene ideas conservadoras”.

¿Y le gustaría estar ahí?

“No estoy ahorita buscando ningún tipo de candidatura”.

¿Y después?

“No sé. Al final del día el mundo da muchas vueltas. No hay que decir ‘de esta agua no beberé’, pero no estoy pensando en tener ningún tipo de participación en política”.

Usted fue canciller en la recta final del Gobierno, ¿qué opina del restablecimiento de relaciones con Venezuela?

“Hay que distinguir dos cosas. Una es el restablecimiento de las relaciones económicas y comerciales, que buena parte del sector privado apoya, porque evidentemente en Venezuela hay un mercado importante donde los productores colombianos deben estar en la primera línea. Pero otra cosa muy distinta es darle la legitimidad a un régimen que no la tiene, porque es una dictadura que está usurpando el poder. Uno sí echa de menos que este Gobierno le haya dado esta carta blanca. Es como si estuviéramos siendo condescendientes con que se vaya atornillando otra dictadura en la región”.