El superintendente de Salud, Fabio Aristizábal, dijo en un debate de control político en la Comisión Séptima del Senado que cerca de 30.000 pruebas de COVID-19 estaban represadas y muchas se procesaron sin el nombre del paciente.

El funcionario no solo achacó esta situación a las EPS, sino que mencionó a las IPS y a quienes diligencian las pruebas del coronavirus.

Resulta que al momento de marcar los test se usaron marcadores cuyas tintas se borraban. 

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Durante su intervención en el Senado, Aristizábal señaló que hubo “algunas pruebas mal diligenciadas o utilizaban marcadores que se les borraba; entonces llega la prueba al laboratorio, este la podía procesar, pero no tenían a quién identificar”.

Los problemas de transporte también hace parte de los líos para la entrega de los resultados, pues sacar las pruebas de las regiones a veces es complicado, agregó en el Legislativo.

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Gabriel Delascasas, director de ‘La Luciérnaga’, criticó el hecho insólito en ese espacio radial.

“Usaron el marcador de los tableros para las pruebas. ¿Por qué somos así?”, apuntó.

Acá, la intervención del superintendente en el Senado: