Calixto Calderón, presidente de la junta de acción comunal (JAC) del barrio María Paz —ubicado frente a Corabastos—, dijo en Semana que hay descuido en los controles que se hay en la central de abastos y sus alrededores, donde hay bodegas de reciclaje e invasión del espacio público.
Asimismo, el presidente de la JAC del barrio Concordia I, Ángel de Dios Urrego, le dijo a la revista que hace falta “mano dura” y más policías para que la gente cumpla la orden.
“En las calles haya mucha gente, y no habitantes de la zona, sino gente que viene a vender y a distribuir estupefacientes, además de los señores recicladores”, manifestó Urrego.
No obstante, pese a que la localidad Kennedy fue cerrada y hubo control militar este lunes, Pulzo constató que hubo alta afluencia de gente en las calles, varios ancianos afuera de sus casas, así como algunas personas que caminaban sin tapabocas (o que lo llevaban de adorno).
El exconcejal Juan Carlos Flórez opinó en el medio que en la localidad de Kennedy “hay una administración que ni siquiera tendría un pueblo pequeño de Colombia”, teniendo en cuenta que su dimensión, de acuerdo con la alcaldesa Claudia López, es similar a la de ciudades capitales como Bucaramanga, Cali o Cúcuta.
La mandataria de la capital decretó cuarentena absoluta por 14 días a partir del primero de junio, en Kennedy, luego de que en ese sector se centralizara el número mayor de coronavirus.
Sin embargo, se siguen reportando aglomeraciones y falta de controles sanitarios en lugares como Corabastos, que reportó un brote de COVID-19.
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