“Desde que yo esté bien, que ruede el mundo a mi alrededor”. “Si no les gusta la canción, pues no la oigan”. Así respondieron los cantantes de reguetón Blessd y Ryan Castro ante el tsunami desatado por la letra de la canción ‘+57’, que interpretaron con otras figuras de ese género como Karol G, Feid, DFZM, Ovy On The Drums, J Balvin y Maluma.
Quizá todos se deban estar frotando las manos porque el país, después del puente festivo, sigue hablando del tema, lo que, con seguridad, se debe reflejar en los números de reproducciones y, por ahí mismo, de sus ingresos.
(Vea también: “Desastre”: revista Rolling Stone criticó duro a ‘+57’, nuevo tema de Karol G, Feid y más).
Las principales críticas iniciales se concentraron en el hecho de que se trató de una oportunidad perdida, en el sentido de que la crema y nata del reguetón se hubiera reunido, como quizá no vuelva a ocurrir, para sacar un producto nada novedoso: el mismo ritmo y una letra que no deja (no puede dejar) de ser infamante para las mujeres por la manera como denigra de ellas, lo mismo que por la forma en que exalta el mundo traqueto, esa subcultura cuya paternidad legítima reclama el narcotráfico.
Pero esta vez resaltando como protagonista del tema a una niña de 14 años: “Aquí lo que hay es exotic, pepa, guaro, Hipnotiq / Un parche rela, te ofrezco something / Pa’ tomar, estás voladita, no te van a pillar / Una mamacita desde los fourteen / Entra a la disco y se le siente el ki / Mami, estos shots, yo me los doy por ti / Eso allá atrá’ está gigante, delica’íto, cógelo, qué aguante / Mamacita desde los fourteen / Entra a la disco y se le siente el ki / Mami, estos shots, yo me los doy por ti / Es mucho lo que abajo carga, en el maki no cabe la nalga (Ja, ja)”, dice en uno de sus pasajes la canción.
Otro aspecto que estuvo en el centro de las críticas fue el hecho de que el tema tuviera como entorno Medellín, una ciudad no solamente golpeada en años pasados por el narcotráfico, que le dejó una impronta negativa de la cual le ha costado despojarse, sino porque en la actualidad es escenario de prostitución infantil, un delito por el que varios ciudadanos extranjeros han sido capturados, aunque deben ser más los que consiguen dejar el país después de abusar de las menores de edad que les ofrecen las redes delincuenciales.
Una discusión adicional, aunque, en realidad, inane, es la de si el reguetón es una expresión artística o no, y si los artistas deben considerar la responsabilidad que les pueda caber frente a la sociedad. Los artistas solo deben manifestarse, consideran algunos.
El reguetón refleja un aspecto de la realidad como la vida nocturna, la rumba, el consumo de licor y de drogas, y un tema sin el cual seguramente dejaría ser el género que es: la extrema cosificación de las mujeres. Todo eso, unido al pegajoso ‘perreo’ al que invita, constituyen los elementos de una fórmula exitosa que deja millonarios réditos.
La canción de los reguetoneros causó tanto impacto que hasta el presidente de la República, Gustavo Petro, se pronunció en los términos que acostumbra: “Está bien el debate cultural. Hay una confrontación cultural entre la superficie y el fondo de las cosas que la juventud está librando en sus barrios. En cada genero artístico hay arte pero tambien ignorancia [sic]”. Y después redujo el problema, de nuevo, a los medios de comunicación: “Nuestros medios de transmisión cultural, en general, solo visibilizan la codicia y la ignorancia, creen que el pueblo es bruto, pero debajo, invisible, siempre está el arte”.
Sin embargo, reconocidos artistas con voces más autorizadas, como Santiago Cruz, se manifestaron al respecto. “Sin duda ya me hice mayor, lo sé, además soy un adicto recuperado y, seguramente, la suma de esas dos cosas hace que ya esté absolutamente mamado de las canciones que celebran la intoxicación… En fin, cada quien con lo suyo”, escribió Cruz.
“Si nosotros queremos dejar de ser vistos como el país del narcotráfico y el put.. del mundo, pues no podemos estar haciendo canciones que hagan apología al narcotráfico y mucho menos a la pedofilia porque nos oponemos. La niñez es sagrada, gente”, dijo Mario Andrés Muñoz, líder de la agrupación Doctor Krápula, en medio de la presentación en Rock al Parque.
Qué dijo Yolanda Ruiz sobre la canción ‘+57’
El puente festivo tampoco pasó sin la mirada crítica de periodistas como Yolanda Ruiz que planteó aspectos que enriquecen el debate, no con los escapismos e indiferencia de Blessd y Ryan Castro.
“Y, si en una canción cabe un mundo, o, en este caso, un país en donde la explotación sexual es una industria de exportación, conviene dejar de hacernos los sordos para pensar en lo que nos está diciendo –gritando– esta ‘creación colectiva’. ¿De verdad, nos sorprende tanto su letra?”, escribió Ruiz en El Tiempo.
Después, llama la atención sobre la protagonista de la canción: “Se trata de la aniquilación física y existencial que está en el centro de la explotación sexual de menores (y también de mayores de edad), que destroza la autoestima desde la niñez y que afecta la pregunta esencial de la adolescencia: ¿quién soy? La mirada sobre esa niña despojada de su infancia para ser convertida en carne de sexo y droga es una tragedia, pero no es excepcional”.
Y destaca un elemento al que pocos se han referido, desde el presidente Petro para abajo: “Esa niña colombiana cantada por un coro de voces adultas, también colombianas, no tiene identidad ni rostro ni voz: de hecho, la voz que falta es la suya”.
Pero ese coro de reguetoneros está en la misma posición de los políticos, que han aprendido (y lo demuestran con mucha frecuencia) que no importa que se hable bien o mal de ellos; lo importante es que se hable. En la industria musical esto representa más reproducciones del tema y por tanto más ingresos.
Eso es lo que verdaderamente relevante. Todos los comentarios, buenos o malos, tendrán en el ‘top’ a ‘+57’. Desde que ellos estén bien, que ruede el mundo a su alrededor.
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