En audiencia celebrada en la mañana del jueves 30 de marzo los 11 jurados del tribunal votaron 6 a 5 en favor de las víctimas un recurso de desestimación de la extradición de Jaime Saade Cormane, hombre que huyó a Brasil luego del crimen de su pareja sentimental, Nancy Mestre, detalló El Heraldo.

(Vea también: Por huellas que dejó en vaso, cayó asesino de Nancy Mestre; en 5 meses estaría en Colombia)

Vale anotar que en primera instancia el tribunal no tomó una decisión sobre el caso y, por ende, los abogados de Saade Cormane pedían que se le concediera la libertad inmediata.

Con la nueva determinación del tribunal se dejó abierta la puerta de un envío a Colombia del hombre de 59 años de edad que tiene una condena vigente de 27 años de cárcel por la violación y asesinato de su novia, ocurrido un 1 de enero de 1994 en Barranquilla.

Cabe mencionar que esta sentencia en contra de Saade Cormane se profirió en calidad de reo ausente, ya que huyó del país para evitar ser capturado.

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La familia de Nancy Mestre, aún con el dolor por la pérdida de su ser querido a manos del hombre que fue capturado en octubre de 2020 en la ciudad de Belo Horizonte, Minas Gerais, celebra esta decisión histórica para un tribunal brasileño, después de 30 años de buscar justicia por la muerte de la entonces estudiante de la capital de Atlántico.

“Esta vez sí estuvimos bien asistidos”, recalcó Martín Mestre, padre de Nancy Mestre, quien se asesoró con abogados de Estado Unidos y de Brasil para jugarse la última carta en su lucha por encontrar justicia.

Luego de la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) este juzgado decidió remitir a la Sala Segunda de la Corte el pedido de extradición de Jaime Saade Cormane, el cual podría definirse en los próximos meses, informó el portal brasileño STF.

En estos momentos, Saade Cormane se encuentra recluido en una cárcel de Belo Horizonte, ciudad donde fungía como médico bajo la identidad de Henrique Dos Santos Abdala, un hombre casado y con hijos.

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Su detención se efectuó luego de un trabajo de investigación de años que dio fruto en un restaurante de la capital de Minas Gerais, donde a través de una huella dactilar dejada en un vaso se pudo establecer su verdadera identidad.