Iván Duque no fue ajeno a los testimonios que por estos días se están dando en Ocaña, Norte de Santander, donde exmilitares y hasta civiles han confesado su responsabilidad en falsos positivos cometidos en la región del Catatumbo.

“Yo siempre he dicho una cosa: todas las conductas individuales de miembros de la Fuerza Pública que deshonren el uniforme y que pasen por encima de la constitución y la ley deben ser rechazadas categóricamente. Yo he creído siempre en los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición y quien tenga esos delitos que diga toda la verdad”, indicó Duque, en palabras recogidas por Caracol Radio.

Sin embargo, el mandatario fue claro al diferenciar las actitudes individuales de las decisiones tomadas por las Fuerzas Militares.

“Es muy importante hacer la diferenciación de esas conductas individuales con lo que ha sido siempre el criterio institucional basado en el honor y el servicio. Claro que estas cosas estremecen y generan rechazo e indignación, y por eso debe aplicar el peso de la justicia”, agregó el presidente. (Vea también“Me sentía un ser humano despreciable”: teniente del Ejército, a madre de falsos positivos).

Testimonios de exmilitares en la JEP han estremecido al país

Sandro Mauricio Pérez, sargento segundo (r) del Ejército Nacional, reveló duros detalles de la práctica criminal usada en las operaciones que estuvieron bajo su mando.

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“Yo planeé cómo traer jóvenes a la ciudad de Ocaña, cómo comprarles los pasajes. Yo entregué armas para que jóvenes inocentes, con sueños y que eran amados por sus madres, esposas e hijos, fueran asesinados y reportados como un resultado operacional”, aseguró el militar ante la JEP.

En medio de su testimonio que estuvo marcado por la presencia de las madres de Soacha, quienes viajaron hasta Ocaña para escuchar a los militares, Pérez aseguró que los jóvenes “fueron asesinados a sangre fría. Yo realicé documentación falsa para darle credibilidad a este hecho, les robé la identidad a sus seres queridos, a sus hijos que tanto amaban”.

En medio de sus testimonio, el oficial (r) sacó una flor que le había entregado previamente una de las madres de Soacha: “Yo le entendí que aquí está reflejado su dolor, y que aquí está reflejada la responsabilidad que yo tengo, que le quité la vida a su hijo. Gracias por hacerme entender el valor de la vida”, afirmó.