Igual que en muchas partes del país y del mundo, en Risaralda hay comunidades indígenas que prefieren decirle no a la educación, porque consideran que esto va en contra de su cosmovisión.

Pero en el departamento hay algunos indígenas que han comenzado sus estudios de primaria y/o bachillerato, gracias al empeño de la docente Ángela Maya y la Gobernación.

(También puede leer: Colegios, rajados en Colombia: publican lista con los de peores calificaciones en el Icfes)

A más de dos horas de la “civilización” educativa y cultural de los centros poblados del departamento, más de 500 mujeres indígenas se educan para cambiar el rumbo de su cultura que por siglos las ha limitado a la maternidad y oficios del hogar.

“Hace 10 años encontrar mujeres indígenas que supieran leer, escribir o con el bachillerato terminado era casi imposible, porque las comunidades consideraban que la mujer era solo para cuidar de los hijos y de un esposo”, manifestó Amaya, quien se desempeña como rectora de la institución educativa Dachi Dada Quera, de la comunidad indígena de Kemberdé.

Lee También

Esta mujer que porta la bandera de la educación, recuerda cómo hace una década, cuando por legitima pasión llegó al resguardo Gitó Dokabú, empezó la misión de cosechar los frutos de la educación en un terreno, que hasta ese momento parecía infértil.

“Empezar el proceso de creación de la institución educativa fue apostarle a que las mujeres indígenas se educaran. En el 2014, cuando iniciamos, teníamos solo tres niñas matriculadas. Hoy, de los 1.100 estudiantes, más de 500 son mujeres, entre ellas, niñas, jóvenes y adultas”, puntualizó la educadora.

En la actualidad, en este apartado lugar de la geografía risaraldense hay una niña indígena soltera que se encuentra finalizando su bachillerato y con perspectivas de ir a la universidad…