Como ya ha registrado esta redacción en varias oportunidades, la potabilización del agua en este sector es baja, por tanto, la comunidad está agotada, desesperada y molesta de las dinámicas en las que se han visto sumergidos para acceder a un servicio indispensable, por el que además pagan y ven como injustificable el aumento de la factura de algo que no funciona con regularidad. 

Ever Contreras representante del conjunto Iguá, quien ha recogido las quejas de varios vecinos y además está directamente afectado comentó: “hemos notado que el cobro por el consumo cada mes viene en aumento, cuando tenemos desabastecimiento, entonces uno se pregunta ¿cómo es posible que haya un incremento cuando no hemos tenido el preciado líquido por tiempo completo, y antes que sí estaba funcionando con normalidad era más barato que ahora? Lo voy a decir de manera directa, sentimos que nos están robando de frente”.

Agregó: “vengo del barrio Arkalá que es estrato 2, allá pagaba hasta $ 7 mil en agua y acá que somos estrato uno llega más caro, es ilógico, pareciera que el consumo lo están estableciendo con el impuesto predial.

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Revisando las facturas periódicas de una de las residencias se puede leer que: el 26 de abril el servicio fue facturando en $ 17.600, el 24 de mayo $ 18.200, en junio se mantuvo el valor y el 26 de julio subió a $ 20.700. Además, la gráfica de consumo de marzo a mayo tiene un consumo periódico estable de 14 (m3) pero en junio ya es de 15 (m3).

Asimismo, en el apartamento de Yenni Gutiérrez, que es estrato 2, durante abril y mayo el consumo era de 6 (cm3) pero en junio pasó a ser de 14 lo que reflejó una gran diferencia (de pagar $ 18.100, en junio y julio le están cobrando $ 32.500)

Cada mil, dos mil o tres mil pesos en un recibo uno dice eso es poco, pero si lo sumamos con más de los 12 mil apartamentos de la comunidad, ¿cuánta plata no le genera al Ibal?, una suma bastante grande, entonces se están enriqueciendo”, puntualizó Contreras.

Entre los comentarios también se recalcó que por ser estrato 1 o 2 en los servicios públicos tienen derecho al subsidio de servicios públicos según lo establecido en la ley 142 de 1994, sin embargo, asumen que no están siendo incluidos en esta por los valores en los que le vienen facturando el servicio.

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Ante el inconformismo, Víctor Cruz del conjunto Acacia dijo que se dirigió al Ibal de la 41 y lo que le indicaron fue “nada que hacer, ese es el consumo” por tanto, decidió radicar un documento formal a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios por el cual aún espera respuesta.

“Si ese es el que nos toca pagar ahora que no tenemos constante el servicio, que nos bañamos donde algunos familiares, que sacamos el agua de la piscina para los baños, qué tal que tuviéramos el servicio las 24/7, sería impagable”, acotó Cruz.

Erika Palma, quien está al frente de los diferentes procesos del Ibal comentó que “en relación al consumo este se mide con micromedidores y eso se hace con base a las lecturas reales que hacen los operarios, entonces el aumento de las facturas no es una generalidad es consumo real”.

Además, hizo referencia que independientemente de la intermitencia del agua, cuando el servicio se establece las personas lo que normalmente tienden hacer es realizar en ese lapso de tiempo todas las actividades que tenían pendientes. 

“Toca revisar casos puntuales porque pueden haber medidores que hayan cumplido su tiempo de lectura útil y se le puede estar leyendo por promedio”. Acotó Palma.

Respecto al tanque de acueducto de la Constructora Bolívar, la cual es una de las soluciones que podrían terminar con el clamor de la comunidad dijo que ya habían realizado varios acercamientos al privado, quienes tienen interés en negociar, por ello vienen trabajando en la documentación y los demás procesos que se requieren.