De acuerdo con Semana, su existencia se reveló en un consejo extraordinario de seguridad llevado a cabo el 21 de octubre. Allí se habló justamente sobre el bombardeo del 29 de agosto al campamento de alias ‘Gildardo Cucho’, en una zona rural de ese municipio de Caquetá.
Allí, narra la revista, militares del batallón de operaciones terrestres No. 3 del Ejército informaron sobre una joven de 16 años a la que llevaron a un hospital tras haber sido encontrada trasladándose por una carretera veredal de La Macarena, Meta, en compañía de tres hombres en moto que no reconocieron ningún parentesco con ella y se limitaron a decir que se dirigían a una fiesta. La joven tenía el brazo derecho cercenado y al parecer tenía una herida importante que llamó la atención de los uniformados.
Tras ser atendida, la niña terminó en un hogar sustituto del Bienestar Familiar, donde contó que había perdido su brazo en un accidente de moto y que había sido atendida y operada en San Vicente del Caguán, tal como lo recoge Semana:
“La moto se fue a una cuneta y quedó un poquitico alzada la llanta, quedó acelerada y la cadena me quedó sobre el brazo y lo mochó de una vez todo y lo volvió nada”
De lo que hallaron los funcionarios que la recibieron ese medio rescata que notaron su temor por hablar y por lo que le sucedería tras salir de allí, además de que portaba un reloj militar y una manilla con un dibujo del ‘Che’ Guevara. Eso sí, negó haber estado en el bombardeo, aunque evidenciaron que había perdido su extremidad de forma traumática y no descartaron que hubiera sido víctima de reclutamiento forzado. “La joven permaneció en el hogar sustituto durante 45 minutos y después huyó”, concluye el relato.
La versión también la divulgó el alcalde de San Vicente del Caguán, Humberto Sánchez, de acuerdo con CM&. Sin embargo, los detalles difieren levemente de lo establecido por el impreso. Según él, la menor fue “recuperada” en “una acción humanitaria del Ejército”. También subrayó que “una de sus extremidades había sido amputada”, y coincidió en que escapó de un hogar de paso después.
El noticiero concuerda con Semana al plantearse si habría más personas, y sobre todo menores de edad, que hubieran sobrevivido al bombardeo. La revista habla de tres personas que habrían estado ocultas en una vivienda del municipio, de la que huyeron dejándola destruida antes de que el Ejército llegara.
Pero el impreso agrega otros datos que muestran los alcances del reclutamiento forzado masivo del que habrían sido víctimas los menores del Caguán, algo que la Defensoría del Pueblo no solo ha resaltado, sino que también ha insistido en evidenciar que las autoridades habrían tenido conocimiento del mismo. Por ejemplo, señala que “de los 27 niños que estudian en la escuela de la vereda de Aguas Claras, únicamente seis regresaron a clases”.
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