Camuflarse con elementos que distinguen a la plataforma de domiciliarios Rappi, como chalecos, gorras o las cajas en las que llevan sus pedidos, o incluso hacerse pasar por conductores de Uber, les ha permitido a algunos delincuentes llevar a cabo sus fechorías, y, en el caso de Bogotá, aumentar la inseguridad que sacude a la capital.

Con esa modalidad, delincuentes han asaltado a clientes de restaurantes en la ciudad. Al respecto, la empresa dijo que están en contacto permanente con las autoridades locales, manifestó su disposición para colaborar con las investigaciones y recordó que “el uso ilegal de las marcas por parte de delincuentes es una modalidad criminal”, por lo que invitó a los ciudadanos a denunciar de manera activa.

David Luna, presidente de Alianza In, dijo en diálogo con Pulzo que en ese gremio están “muy preocupados” con la situación, pero recordó que los delincuentes en ocasiones también se disfrazan “de domiciliarios, como también se visten de operarios de la ETB o de Codensa o de las empresas de aseo”.

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“Eso es, por supuesto, repudiable”, agregó, y contó que ahora están trabajando “de la mano” con la Policía Nacional.

También reveló que se reunió hace unos días en el Ministerio de Defensa, Diego Molano, “aceptando una invitación para formar parte de la red de solidaridad y de información ciudadana”.

“Pero, además, que lo sepan los delincuentes; que lo sepan muy bien: todo domiciliario o todo conductor tiene claramente un mecanismo de identificación con la plataforma y adicionalmente con el usuario, que puede ser verificable por parte de la Policía”, explicó Luna.

“En ese sentido, que se vayan teniendo esos delincuentes, porque, en el momento en que los capturen, rápidamente los van a identificar y ese es un agravante para aumentar las penas: el de utilizar uniformes que no pertenecen a la persona”, advirtió Luna.