Este miércoles se pusieron en marcha dos turbinas del proyecto Hidroituango con la expectativa de todo el país sobre el aporte que esa hidroeléctrica le hará a la generación de energía del país, pero también sobre la surte de las comunidades que viven aguas abajo de la presa.

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Para el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, que también es el presidente de la junta directiva de EPM, responsable del proyecto, la entrada en operación de Hidroituango es “una gran noticia para el país” porque ya está generando el 5 % de la energía del país.

Sin embargo, en medio del estruendo que ocasiona la caída de agua debido a su salida por el vertedero, del sonido de las turbinas activadas, y de los aplausos por la apertura, se comenzó a escuchar la voz de Javier Pava Sánchez, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (UNGR), que lanzó una advertencia.

Para este funcionario, la puesta en marcha de Hidroituango puede “poner en riesgo, como lo hemos advertido en la Resolución 1056 del 4 de noviembre de 2022, a la población que se encuentra aguas abajo”.

“Lo procesos de vibración de la operación de las turbinas podría generar algunos efectos externos al macizo rocoso y, por lo tanto, consideramos que en el principio de precaución se realizara la evacuación inmediata de las familias y todas las personas ubicadas en Puerto Valdivia y hasta el kilómetro 12 de Tarazá”, agregó el funcionario en una comparecencia ante la prensa.

Esa recomendación, según el director de la UNGR, la hicieron basados en el principio de precaución, y teniendo en cuenta que tienen “información sobre los problemas de inestabilidad que se presentan en el macizo rocoso”.

Explicó que también solicitaron que el servicio geológico hiciera una inspección y presentara un informe. “Recibimos el informe y da cuenta de que identificaron algunos problemas de inestabilidad en el vaso de la presa y unos problemas erosivos dentro de las áreas subterráneas ye recomiendan hacer estudios adicionales para confirmar las condiciones de estabilidad del macizo”.

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“Adicionalmente, recibimos del ingeniero Modesto Portilla, que había sido designado para el empalme del proyecto de Hidroituango, un informe detallado de lo que podría suceder con el tema de la inestabilidad del macizo rocoso y las graves consecuencias que podría generar su colapso y la venida torrencial que pudiese generar sobre la presa”, agregó Pava Sánchez.

“Creemos que es irresponsable adelantar y poner en marcha el proyecto sin tener la seguridad y la tranquilidad que debemos ofrecerles a los ciudadanos que están aguas abajo del embalse”, alertó. “El comportamiento que pueda presentar el macizo rocoso no puede verse solo afectado al momento de la entrada en operación. No sabemos cual va a ser la respuesta del macizo rocoso durante días o meses de operación”.

También sostuvo que tiene una “alta preocupación de cuál sea el resultado de las vibraciones del macizo rocoso”, y terminó: “Esperemos que esto no termine en una tragedia, esperemos que realmente nos equivoquemos y que no suceda nada”.

La respuesta del alcalde de Medellín Daniel Quintero

A propósito de las declaraciones de Pava Sánchez, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, empezó por decir en Noticias Caracol: “Nosotros tenemos varios informes, estudios de muchos actores. Estamos muy sustentados en documentos que nos permiten avanzar en este proceso. Hay seguridad técnica desde la atención del riesgo”.

Ante el planteamiento de Pava Sánchez, según el cual se está priorizando la generación de energía por encima de la vida humana, Quintero respondió: “La verdad es que el director ha sido errático en muchas de sus posiciones. Nos pidió hacer una evacuación que habíamos dicho de forma clara que no era necesaria, pero la hicimos como se solicitó. Vamos a seguir haciendo todo lo que ellos soliciten”.

También señaló una “correlación política” entre Pava Sánchez y “una senadora” que no identificó y que, según él, quieren que Hidroituango no funcione. “Parecen alineados en ese propósito”. Y remató diciendo que las decisiones del director de la UNGR son “antitécnicas” y que “no se respaldan en toda la documentación y los estudios que se han hecho”. Pero, además, “tampoco presenta alternativas”.

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