
La Fundación Santa Fe mandó una carta interna a los afectados. El documento, revelado por W Radio, detalla que los profesores del magisterio afiliados a la Fiduprevisora ya no serán atendidos en la clínica.
“Lamentamos informarles que, a partir del 31 de julio de 2025, se termina el contrato con Fiduciaria La Previsora por lo que no es posible continuar con la atención a los afiliados al magisterio”, detalló la clínica bogotana.
(Vea también: Supersalud ordenó entrega inmediata de 40.000 medicamentos a EPS con millones de usuarios).
Este es el documento revelado por W Radio:





Asimismo, la Fundación añadió que todo reclamo o inquietud oficial debe ser dirigido expresamente hacia Fiduprevisora.
“Entendemos los inconvenientes que esto pueda ocasionar y les recomendamos comunicarse directamente con su aseguradora con el fin de recibir las indicaciones pertinentes en relación con la continuidad de la atención en salud que puedan requerir”, señaló la clínica.
En febrero, un derecho de petición llevó a que Fiduprevisora revelara el pésimo estado económico en el que se hallaba.
Allí se detalló que el sistema de salud de los maestros públicos en el país tiene deudas por entre 190.000 y 270.000 millones de pesos. En días recientes se han dado protestas de los maestros en la sede de Fiduprevisora, en el norte de Bogotá.
Por qué hay crisis de la salud en Colombia
La crisis de la salud en Colombia se ha agudizado por una combinación de factores estructurales, financieros y administrativos que han deteriorado el sistema en todos sus niveles.
Uno de los principales problemas radica en la deuda acumulada que las Entidades Promotoras de Salud (EPS) mantienen con clínicas, hospitales y profesionales de la salud. Esta situación ha generado un colapso financiero en muchos centros médicos, que enfrentan dificultades para pagar a su personal, adquirir insumos, mantener equipos y garantizar atención oportuna a los pacientes. El modelo de aseguramiento basado en intermediarios financieros ha sido altamente cuestionado, ya que muchas EPS priorizan la rentabilidad económica sobre la calidad del servicio, negando tratamientos, retrasando citas o imponiendo barreras burocráticas que afectan directamente al usuario.
A esto se suma una evidente desigualdad en el acceso a los servicios de salud, especialmente en regiones apartadas donde escasean médicos, infraestructura hospitalaria y medicamentos. Las comunidades rurales e indígenas sufren con mayor intensidad los efectos del colapso del sistema, pues en muchos casos deben desplazarse largas distancias para recibir atención básica.
Además, el sistema ha sido afectado por fenómenos de corrupción y mala administración de recursos públicos, lo que debilita la confianza ciudadana y agrava los problemas financieros.
Finalmente, las tensiones políticas en torno a la reforma de salud propuesta por el gobierno también han contribuido a la crisis. Mientras algunos sectores apoyan la transformación estructural del sistema, otros temen que los cambios propuestos aumenten la incertidumbre y provoquen desabastecimientos o recortes en la atención. En conjunto, la crisis de la salud en Colombia refleja un modelo que necesita reformas urgentes para garantizar una atención digna, oportuna y equitativa para toda la población.
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