La Fiscalía explicó en un comunicado que la red alteraba desde analgésicos hasta medicamentos costosos para pacientes con enfermedades de alto riesgo, y que la mayoría de productos los ingresaban al país de contrabando.

“Diferentes productos vencidos, descompuestos y descontinuados en Venezuela y Ecuador, cruzaban la frontera y eran recibidos por un grupo encargado de embalarlos y camuflarlos en encomiendas que eran transportadas en buses de servicio público hasta Medellín”, señaló la Fiscalía.

Una vez las medicinas llegaban a las bodegas, dice, la organización los “vendía a droguerías o distribuidores que se encargaban de ponerlas en dispensarios y centros de salud”.

“Otras personas que harían parte de la organización modificaban los empaques, borraban con betún las fechas de expiración, el número de lote de fabricación, los nombres y características del medicamento, para remarcarlos con nueva información que les permitía venderlos como nuevos y auténticos”, agrega el comunicado.

Las autoridades descubrieron que la red coordinaba la venta de estos productos telefónicamente, que los entregaba a domicilio y que mantenía precios del mercado para no levantar sospechas.

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En los registros de allanamiento también se incautaron 200 millones de pesos en efectivo.

Entre los medicamentos hallados figuran: “antibióticos, analgésicos, anticonceptivos, diuréticos, antihipertensivos, tratamientos oncológicos, leche para recién nacidos, sueros, dispositivos y medicinas para múltiples enfermedades como neumonía, bronquitis, infecciones oftalmológicas, afecciones en la piel, problemas hormonales, entre otros”.