La periodista española Salud Hernández asegura en una crónica publicada en El Tiempo que la víctima “solo cometió el pecado de mostrarles a los escolares caminos diferentes a alistarse en el grupo armado, que se ha convertido en el amo y señor de Miraflores”.

Y para justificar la barbarie, la disidencia  dejó sobre el cadáver un escrito a mano en el que señalaba al joven de “pertenecer a la red de cooperantes del Batallón 51 con sede en Miraflores, Guaviare (…). Realizaba labores de inteligencia a los pobladores de la inspección de Barranquillita, enmascarado de profesor de deportes”, destacó Hernández.

Iván Torres tenía 22 años. Era practicante del Sena y prestaba un servicio como monitor académico para programas de danzas, deportes y música de la alcaldía de Miraflores, Guaviare.

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Pero lo que enseñaba a los niños del caserío, que han sido víctimas de reclutamiento forzoso, no cayó bien entre los guerrilleros que dominan la región y se fortalecen con el paso de los días. Se estima que el frente primero cuenta en sus filas con 300 combatientes, añade la crónica.

La sentencia es clara y fuerte:

El disidente frente primero lanzó el mensaje de que matan o secuestran a quien ponga en riesgo el reclutamiento o pretenda buscar alternativas al cultivo de coca”, anota Salud Hernández quien agrega que los habitantes de esta región se sienten abandonados por el Estado colombiano.

Otro practicante del Sena se salvó de ser asesinado a tiros por la oportuna intervención de los habitantes del caserío que protegió al joven, anotó la crónica firmada por la periodista.