El Museo de Arte de Valledupar (MAV) inauguró el pasado 12 de septiembre la exposición “Ancestros: una mirada”, la cual podrá visitarse hasta el 22 en la emblemática Casa Castro Monsalvo, ubicada en el corazón del centro histórico de Valledupar. Este evento no solo propone una revisión estética, sino un abordaje integral de las raíces culturales del Caribe colombiano, entendidas más allá de la genealogía formal y concebidas como tejidos vivos que impactan las identidades actuales y las prácticas cotidianas de la región. De manera simultánea, el museo lanzó su nueva sala de arqueología, cuyo propósito consiste en robustecer la mirada sobre el patrimonio tanto material como inmaterial, y propiciar así un diálogo con la comunidad desde las dimensiones artística, histórica y social.

Leonor Dangond, directora del MAV, destacó que la exposición articula diversas obras que examinan las complejas relaciones entre los pueblos originarios, su entorno natural y las tradiciones que subsisten en la región. Este enfoque posiciona a estos pueblos como sujetos históricos y como depositarios de visiones ecológicas y saberes que ofrecen alternativas valiosas para contextos actuales. El entrecruzamiento de arte contemporáneo y legado ancestral funge, en palabras de Dangond, como una invitación permanente para que todos los visitantes re-piensen y reconozcan su propia identidad cultural en términos plurales y cambiantes, distantes de los arquetipos fijos o cerrados.

La muestra se despliega a través de obras que conjugan refinamiento técnico con propuestas modernas, destacándose autores como Jorge Serrano, Eugenio Martínez y Danilo Mindiola. Estas voces ofrecen interpretaciones personales sobre la herencia ancestral, lo que enriquece la experiencia del espectador y favorece la reflexión sobre la diversidad de miradas. A su vez, el MAV impulsa modelos de apoyo al arte regional que incentivan la adquisición directa de piezas, una estrategia que fortalece el mercado artístico local y otorga respaldo económico a creadores jóvenes y experimentados, facilitando la continuidad de la producción cultural.

Un componente fundamental de esta programación es la sala de arqueología, presentada como complemento esencial para conectar a estudiantes y público general con vestigios materiales del pasado ancestral. Según The Getty Museum (2023), la integración de objetos arqueológicos en espacios museales contemporáneos no solo posibilita la conservación, sino que incentiva debates críticos en torno a la memoria, la pertenencia y la construcción de la identidad. Esta dinámica de diálogo experiencial estimula un aprendizaje más participativo y efectivo, vital para renovar los sentidos de las tradiciones entre las nuevas generaciones.

El carácter cultural de Valledupar, célebre por su tradición musical y considerada la cuna del vallenato, otorga a la exposición un marco de referencia aún más relevante. El evento amplía su mirada sobre el patrimonio inmaterial al resaltar cómo manifestaciones artísticas como la música o las lenguas indígenas están estrechamente ligadas con expresiones visuales y arqueológicas, consolidando así la identidad de la región. Según fuentes del Ministerio de Cultura de Colombia, la valoración conjunta de estos patrimonios contribuye a una transmisión cultural más inclusiva en territorios con alto grado de diversidad étnica.

La coincidencia de la muestra con el mes del patrimonio en Valledupar fortalece la carga simbólica del evento y convoca a una reflexión sobre la memoria colectiva. En el marco de los desafíos de la globalización, iniciativas como esta se erigen como contrapesos a la homogeneización cultural, reivindicando la pluralidad de identidades. En síntesis, “Ancestros: una mirada” es más que una exposición; actúa como catalizador para la valorización y apropiación dinámica del patrimonio caribeño y su proyección creativa en el presente, abriendo espacios para la voz de las comunidades y la participación de públicos de todas las edades.

¿Qué importancia tiene el patrimonio inmaterial en Valledupar?
Esta pregunta surge por el énfasis que da la exposición a la conexión entre el patrimonio tangibles, como objetos de arte y arqueología, y el intangible, donde figuran la música, las lenguas y las tradiciones orales. Según el Ministerio de Cultura de Colombia, la valoración del patrimonio inmaterial es fundamental para preservar la identidad de comunidades que han construido su historia a partir de expresiones vivas. En el caso de Valledupar, la música vallenata es un claro ejemplo de este tipo de patrimonio, consolidando la memoria colectiva y transmitiendo valores de generación en generación.
La importancia de estos patrimonios radica en que permiten una comprensión más amplia del pasado y del presente, favoreciendo la integración social y la diversidad étnica del Caribe colombiano. En ese sentido, la exposición “Ancestros: una mirada” enfatiza la necesidad de abordar la herencia cultural desde una perspectiva múltiple, reconociendo los aportes de distintos grupos poblacionales y perspectivas históricas.

¿Qué funciones cumple una sala de arqueología en un museo actual?
Esta pregunta cobra relevancia por la integración novedosa entre arte contemporáneo y exhibición arqueológica propuesta por el MAV. Según estudios museales citados en el artículo, una sala de arqueología no se limita a mostrar piezas antiguas; su función se extiende al campo educativo y social. Un espacio de este tipo promueve la comprensión del desarrollo cultural de una región, brinda referentes para el análisis de fenómenos actuales y propicia el diálogo entre generaciones.
En el contexto de museos contemporáneos, tales salas funcionan además como centros de reflexión crítica, al permitir a la comunidad examinar de manera directa su historia local y comparar los retos del pasado con los desafíos presentes. Así, Valledupar refuerza el valor de su patrimonio y fomenta una relación viva y significativa entre los ciudadanos y su pasado.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.