Siguiendo su propia metáfora, en entrevista con El Tiempo Arango prefirió minimizar o negar el problema de corazón (el contenido de entretenimiento y noticioso) y prefirió encontrar la fiebre en las sábanas: las mediciones de audiencia.

“Hay una mano negra que se ha dedicado a desprestigiar el canal. Muchas personas han visto los videos que circulan por las redes sociales y dicen que el canal está quebrado, lo cual es falso. A eso que se dice, algunos periodistas le hacen eco. ¿Por qué? No tengo la respuesta. ¿Para quiénes están trabajando? ¿Qué interés los mueve? Es algo que desconozco. Pero me duele ver que esas calumnias afectan a quienes trabajamos en una empresa de la que dependen 1.700 familias directamente y ocasionan una zozobra injusta, para no hablar de que esto también impacta a los cientos de periodistas, artistas y técnicos que se han formado en este canal”, dijo.

Sobre el entretenimiento, Arango dijo: “cada programa que hacemos lo que busca es agradarle a la audiencia y somos profesionales haciendo nuestro trabajo”; sobre el noticiero: la experiencia de Claudia Gurisatti no tiene discusión.

O Arango tiene razón, o se adaptó a la cultura corporativa que encontró, desconociendo la seguidilla de fracasos de ‘rating’ y las críticas a los sesgos del noticiero: uribista y antigobiernista.

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Para Arango todo se reduce a que se creó una cultura del gasto y tolerancia a la pérdidas, que en el 2016 fueron de 91.400 millones; en 2017, 95 mil millones.

Y sobre la fiebre en la sábanas: Arango no solo criticó la medición de Ibope, sino que anunció su retiro de ella, porque –a su juicio- no mide todos los dispositivos en los que se está viendo su contenido: tabletas, teléfonos inteligentes y televisores.

“Cuando uno suma todos los aparatos en los que la gente nos ve, hay que contar televisores, teléfonos inteligentes y tabletas, lo cual da cerca de 50 millones. Frente a esa realidad, hay 1.100 medidores que se instalan en igual número de casas durante cuatro años. Cuando se filtra esa cantidad por los televisores prendidos en un momento de buena audiencia, acaba concluyendo que se calcula la sintonía de una población de más de 49 millones de habitantes con base en 200 medidores, nada más. Eso no es confiable, entre otras porque no están incluidos los aparatos distintos a la televisión por los que nos ven”, dice Arango.

Insinuando que Ibope y Nielsen son un cartel, Arango dijo que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) debería intervenir.