
El Gobierno Nacional se ha visto bajo el escrutinio de los medios y la opinión pública en los últimos días, por cuenta de los audios incriminadores del representante a la Cámara, David Racero. En dichas filtraciones se dio a conocer que el congresista del Pacto Histórico habría incurrido en presuntas prácticas clientelistas, intercambiando a dedo importantes cargos en entidades del Estado.
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Por si fuera poco, el portal Cambio reveló ahora una serie de conversaciones privadas que muestran cómo un antiguo asesor del Ministerio de Salud, quien también ha trabajado como contratista del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag), habría tejido una compleja red política centrada en el sector salud de Colombia.
El exasesor Jairo León Vargas, muy relacionado tanto con Guillermo Alfonso Jaramillo como con Aldo Cadena, vicepresidente del Fomag, sería, según la investigación de Cambio, el encargado de liderar un esquema en el que la asignación de puestos en entidades públicas se utiliza como moneda de cambio por respaldo político hacia el Gobierno y su partido.
De acuerdo con el medio citado, el ‘modus operandi’ funciona de manera discreta, lejos del escrutinio público, pero a través de WhatsApp. Cambio obtuvo acceso a varios de estos chats, que evidencian cómo la meritocracia queda relegada en estos procesos, priorizando las alianzas y compromisos partidistas a la hora de entregar posiciones dentro del sector público.
¿Cómo funcionaba la red de clientelismo en el Ministerio de Salud?
De acuerdo con la información difundida, este exasesor aprovechó su experiencia y contactos en la cartera para operar una auténtica “bolsa de empleo” encubierta. Un grupo de WhatsApp, ‘Proyecciones 2025’, liderado por Jairo León, era el canal para esta gestión.
León exigía a los aspirantes a puestos el respaldo a la campaña del Pacto Histórico, votando por el Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, y apoyando las reformas del Gobierno. Según León, “para recoger hay que sembrar”, indicando que el apoyo político abría puertas laborales. Los mensajes incluso mencionaban la obligación de ser testigos electorales en 2026.
Aunque León Vargas salió del Ministerio de Salud en febrero, su práctica se mantuvo al pasar al Fomag, bajo la dirección de Aldo Cadena. Cambio informa que fuentes del Fomag confirmaron el ingreso de nuevos contratistas recomendados por León, quienes incluso agradecían su intervención en los chats. El Fomag, no obstante, aclaró al medio que la contratación de personal temporal se autorizó previamente y que el número de personas no se había incrementado significativamente.
Jairo León también solicitó hojas de vida para los Equipos Básicos de Salud (EBS), un programa estatal que, por norma, debería asignar contratos directamente a través de hospitales regionales. Esta intervención de un asesor central resulta anómala.
Las declaraciones del ministro Jaramillo, reveladas por el representante Andrés Forero, refuerzan esta sospecha al decir: “Sí, que hacen política con la plata de la salud –dice Jaramillo–, que están pagando los votos de la campaña anterior o que van a cuadrar los votos de las próximas elecciones, bueno. Lo importante es que hagan el trabajo”.
Los chats también evidencian la injerencia de León Vargas en contratos de la Subred Centro Oriente de Bogotá y ofertas de puestos en la Fiduprevisora y el Ministerio de Salud, incluso solicitando perfiles específicos para cargos. Todo ello forma parte de lo que él mismo denominaba una “campaña” de ubicación de personal.
Las denuncias de este tipo de prácticas no son nuevas en el país, pero la publicación de estas conversaciones pone sobre la mesa una vez más la urgencia de implementar mecanismos de transparencia, selección por mérito y control efectivo en el ingreso al servicio público, sobre todo en áreas tan sensibles como la salud.
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