El Nobel de paz 2016 resaltó que todos los expresidentes salen “con un grado de frustración por no haber podido hacer más”. En su caso, pone como ejemplo que podría haber sacado a más colombianos de la pobreza o construido más autopistas.

Sin embargo, hay un punto que resalta en su diálogo con El País:

“Siento una frustración porque hice un esfuerzo muy grande por unir este país. No pude. Este país está muy dividido, muy polarizado como están la mayoría de los países del mundo”.

Santos se mostró preocupado por “lo que está pasando respecto de la falta de tolerancia con las diferencias” y recordó que la construcción de paz “tiene que ser algo permanente”.

Santos Miami

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Consultado por el proceso de paz con las Farc, Santos reconoció que “una cosa es silenciar los fusiles y otra cosa es construir paz“, y admitió que lo segundo “requiere más tiempo, más esfuerzos, modificar sentimientos, prejuicios, modificar formas de pensar”, no obstante considera que los acuerdos le pueden dejar una gran lección al mundo:

“Que no hay conflicto que no se puede resolver, por más difícil que sea. Nadie en Colombia pensaba que lo que se hizo fuese posible.”

Santos contó al diario madrileño que una de las decisiones más difíciles que tomó como presidente fue autorizar un operativo para capturar al guerrillero ‘Alfonso Cano’, cuando ya se estaban adelantando diálogos con las Farc.

“Uno se da cuenta de que es más fácil hacer la guerra que hacer la paz”

El exmandatario se desmarcó de los señalamientos del gobierno Duque de haber dejado un hueco de 14 billones de pesos: “Todos los Gobiernos dicen que les dejaron la olla raspada, que les dejaron los déficits. Pero me remonto a los jueces más implacables que existen, que son los mercados”.

Iván Duque y Juan Manuel Santos

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Finalmente, Santos destacó que Colombia se ha ganado el respeto de la comunidad internacional, recordando que cada vez menos países les piden visa a los colombianos:

“En términos generales ya no es un país paria, es un país totalmente diferente”.