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Después de 15 años de búsqueda, la familia Caballero Rodelo pudo reencontrarse con José Manuel, el mayor de sus hijos, desaparecido y asesinado por el Ejército en abril de 2008. Sus restos fueron entregados en una entrega digna por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) a Hirlenis Rodelo, madre de la víctima, quien durante década y media no obtuvo respuesta sobre el paradero de su hijo.
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La trágica historia de José Manuel se remonta a 2008, cuando trabajaba como DJ en Guaranda (Sucre). Aprendió por sus propios medios y poco a poco fue ganado espacios en las principales discotecas del pueblo. El joven músico conoció a dos mujeres que, según el relato de la JEP, fueron quienes lo engañaron con falsas ofertas laborales en una mina de Antioquia.
El supuesto trabajo que le ofrecieron las mujeres, no fue más que una trampa para que miembros del Batallón de Ingenieros No. 14 Calibío del Ejército lo asesinaran y presentaran como una baja en combate en Puerto Berrío (Antioquia) en 2008. Desde el batallón se planeó el engaño contra José Manuel, según dijo a la JEP el teniente (r) Javier Danilo Páez, antiguo miembro de esa unidad militar que operaba en el Magdalena Medio.
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José Manuel desapareció a los 23 años y su hermano, Adonais, un año menor que él, fue quien lideró la búsqueda por 15 años. El hermano menor, que para la época de la desaparición estaba prestando el servicio militar, estaba ayudándolo con el papeleo para que el hijo mayor pudiera definir su situación militar.
El joven DJ estuvo desparecido década y media en el Cementerio de Nuestra Señora de Los Dolores o “La Dolorosa” en Puerto Berrío (Antioquia), junto a otros cuerpos sin identificar. Muchos de esos restos, dice la JEP, “fueron adoptados por familias del territorio como forma de duelo y esperanza en la búsqueda de sus desaparecidos, o como forma de agradecimiento ante favores recibidos por las ánimas”.
A pesar de que el cuerpo de José Manuel fue identificado y el compareciente del caso fue sancionado penalmente hace nueve años, ha sido inexplicable por qué “no se hizo nada para ubicar su cuerpo y entregarlo de manera digna a su familia”. Hace cinco años, el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes del Estado (MOVICE) impulsó ante la JEP la adopción de medidas cautelares en 16 zonas de Colombia donde se presumía la existencia de cuerpos de víctimas del conflicto armado y en 2020 se decretó una para el cementerio en el que estaba enterrado José Manuel.
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En el cementerio de La Dolorosa fueron recuperados 167 cuerpos y entregados al Instituto Nacional de Medicina Legal para que los identificara. El caso de José Manuel, uno de los identificados en el cementerio, fue pionero y con ello el Tribunal Especial para la Paz de la JEP “ha visibilizado y resignificado” a esta víctima de una “conducta tan grave para la humanidad como lo es la desaparición forzada”.
El Estado colombiano, dice la JEP, “no solo le arrebató al mayor de sus hijos. Durante los 15 largos años de búsqueda, diversas instituciones no le supieron dar respuestas claras” a la familia. Durante los 15 años de la búsqueda, Katerina, una de las hermanas de José Manuel falleció por anemia, sin tener respuestas sobre el paradero de su hermano.
En un encuentro con la familia, la magistrada Reinere de los Ángeles Jaramillo reconoció la lucha de la familia Caballero Rodelo por tratar de encontrar a su familiar. “Hoy la comunidad de Guaranda se reúne en torno a ustedes para honrar a José Manuel y dignificarlo en su vida y continuar con el duelo que había imposibilitado su desaparición”, expresó la magistrada.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
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