Mauricio Palacios, el que tuvo la idea de hacer los videos para pasar el tiempo —confesó en Blu Radio—, dijo que cuando él y los otros 8 auxiliares llegaron a la unidad de cuidados intensivos armada en Corferias, no los dejaron subir a cambiarse, tuvieron que entregar sus maletines a una celadora para que les diera una ficha, y ni pudieron hacerse el turno.
Posteriormente, a los profesionales de la salud los llamaron a una reunión con la gerente y la directiva, narró Palacios en la emisora, en la que también estaba un abogado que, dijo el enfermero, los intimidó.
“El abogado tomó un contrato, donde tenía subrayados algunos párrafos. Nos decía: ‘Vea, es tan sencillo como esto. Si ustedes quieren firmar, bien, s no, se tienen que someter a una investigación por los entes de Contraloría y Procuraduría; y en ese caso, les vamos a dañar sus hojas de vida por 5 años. O sea, van a quedar inhabilitados para ser contratados a nivel público o privado'”, contó el auxiliar llorando.
Pero antes de eso, el jurista les hizo apagar los celulares (personales), meterlos en el bolso de una compañera y entregarle ese bolso, mientras terminaba la reunión, dijo el auxiliar en la radio.
“Realmente, lo que más me indignó fue haber sido tratado como delincuente. Que me hayan pisoteado mi buen nombre, solo por unos videos“, agregó Palacios.
El entrevistado además aseguró en la frecuencia radial que les violaron el debido proceso y el derecho a la legítima defensa, y reprochó que, pese a que la unidad de cuidados en Corferias es para atender urgencias diferentes al COVID-19, a las instalaciones llegan pacientes con sospechas de coronavirus y ellos no tienen los elementos de bioseguridad debidos para atenderlos.
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