“‘Dura lex, sed lex’, decían los romanos”, sostiene el editorial de este influyente medio, refiriéndose al principio general del derecho según el cual “la ley es dura, pero es la ley”, por lo que con este caso que se debe “enviar el mensaje de que las sentencias de la justicia se cumplen, sin importar de quién se trate”.

Y hace este énfasis porque, como se recuerda, Arias fue considerado el heredero fijo de Uribe, pero terminó enredado en un proceso que lo sacó de la carrera política y por el cual terminó condenado a 17 años de prisión.

Pese a que El Tiempo advierte que no se debe menguar “el derecho de los procesados a recurrir a los recursos legales disponibles”, recuerda que la condena contra Arias “está basada en un proceso judicial soportado en decenas de pruebas que el exministro tuvo la oportunidad de controvertir judicialmente con todas las garantías”.

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Y como prueba de esas garantías, el rotativo rescata, por ejemplo, el hecho de que en la parte final del juicio contra Arias la Corte consideró que podía recuperar su libertad, “beneficio que, en su momento, el procesado aprovechó para salir del país y buscar fallidamente estatus de perseguido político en Estados Unidos”.

El diario también manifiesta su desacuerdo con la estrategia de la defensa de Arias en los últimos años de negar a toda costa que existiera una tratado de extradición entre Estados Unidos y Colombia: “[…] Mucho va de declararse en desacuerdo con la sentencia de la Corte a tratar de deslegitimar nacional e internacionalmente a nuestra justicia […] y pretender vender la idea de que entre Colombia y Estados Unidos no existe un acuerdo de extradición”.

Como ya lo ya han hecho otro medios, el periódico asegura que el argumento de una supuesta persecución judicial originada en razones políticas se queda “sin mucho piso” si se tiene en cuenta que fue la entonces Fiscal Vivianne Morales la que inició el proceso judicial contra Arias que terminó en la condena de la Corte Suprema, y el entonces Procurador Alejandro Ordóñez sancionó a Arias con destitución e inhabilidad de 16 años. Hoy Morales y Ordóñez son embajadores del gobierno de Iván Duque.

Por todo lo anterior, El Tiempo reclama una “enorme responsabilidad” al Gobierno y a los diferentes sectores políticos, “en especial del uribismo”, porque “en medio de la polarización política que cargamos hace años, a nadie le conviene que se trate de avivar un enfrentamiento entre el Ejecutivo y la Corte por este asunto, menos aún en momentos en los que está en curso la elección del nuevo fiscal general de la nación y cuando los viejos y crecientes problemas de nuestra justicia siguen sin resolverse”.