El jefe de Estado pareció apuntar a que detrás de la discusión de sus objeciones, que en la Cámara parecen destinadas a naufragar, hay intereses de tranzar “una especie de pugilato con el Gobierno”.

Según el presidente, se han “planteado a la sociedad colombiana debates que no son para fracturar la paz, cómo han pretendido insinuar algunos”.

Aunque el partido de gobierno objeta que en la Jurisdicción Especial para la Paz también se incluyan militares, e incluso logró que se limitara la inclusión no voluntaria de civiles, Duque sostuvo que busca “una solución para que no exista escape alguno a la responsabilidad de los victimarios para reparar a las víctimas con todo su patrimonio”.

Eso sí, subrayó que uno de sus principales intereses es definir “la complementariedad de las investigaciones de la justicia ordinaria y se esclarezca cuándo empieza la competencia de la justicia transicional“.

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También se dirigió a desmovilizados en una de las zonas de reinserción, buscando dar un parte de confianza ante la posible incertidumbre que sus objeciones puedan sembrar: “Respeto la orientación política que puedan tener la comunidad y los excombatientes. A mí me tiene sin cuidado la militancia en un partido; a mí lo que me interesa es el bienestar (de la comunidad y de los excombatientes)”, aseguró.

Por eso, aseguró que saca “la conversación del plano político”, para concentrarse en el desarrollo que es lo que considera que “corresponde”.

“Para este Gobierno, no existe esa falsa división de amigos y enemigos de la paz que, por años, utilizaron para exacerbar odios con propósitos electorales; aquí estamos realmente comprometidos en hacer esto”, enfatizó.