La reciente ola invernal, con 200 vías afectadas, ha mostrado la fragilidad de las vías que conectan al departamento. Falta de mantenimiento, poca financiación y omisiones de responsabilidades parecen ser las causas.

Cerca del 40 % de las vías de Cundinamarca están en mal estado; es decir, que más de 8.000 kilómetros de la malla vial necesita mantenimiento y algunas son intransitables. Las cifras hacen parte del último reporte del Instituto de Concesiones de Cundinamarca (ICCU), que indica que solo un tercio de las vías están en buen estado, la mayoría primarias, en la sabana de Bogotá, que unen al departamento con los centros de consumo en el país.

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La situación se vuelve más crítica en largos inviernos, como el que se vive en el centro del país, donde las fuertes lluvias provocan desprendimiento de bancadas e incomunican a municipios y veredas. “La gente está bloqueada: no puede sacar sus alimentos y las cosechas se perdieron. La afectación es gravísima para las poblaciones; por ejemplo, los niños que gastan más de dos horas para ir a la escuela”, asegura un líder comunal de Viotá. Las lluvias evidencian las falencias que viven a diario los habitantes de Cundinamarca y explican los problemas de conectividad y productividad de la región.

Mantenimiento de vías, un lío

Según el inventario de carreteras del Invías, los corredores se dividen en vías primarias, secundarias y terciarias. Las principales están bajo la tutela de la nación y aunque el panorama es bueno en Cundinamarca, no es el mejor. Pese a que todas conectan a Bogotá con el resto del país, un reporte de Fedesarrollo ubicó al departamento en el noveno lugar de 32 las entidades territoriales, con el 89 % de vías primarias en buen estado, por debajo de Sucre, La Guajira y Atlántico.