El programa investigó por qué el sistema judicial colombiano no castiga los llamados “delitos de menor cuantía” y se encontró con el escandaloso caso de este asaltante.

“Uno dedicado al arte se puede traer un millón de pesos”, dijo alias ‘Jota’.

¿No es cínico decir que robar es un arte?”, preguntó la periodista Angélica Barrera al delincuente, que de inmediato respondió:

“Es algo que se aprende como, por ejemplo, sacarle el celular a alguien del bolsillo”, y añadió que para cometer sus fechorías no usaba armas, pero sí la intimidación y el miedo.

“A mí no me gusta cargar nada… yo le llego a una persona, la cojo y le digo: ‘No se vaya a mover, cucho catrehijueputa… Si no, le saco las tripas’.  Entonces, la gente se asusta”, dijo con frialdad al programa periodístico del Canal Caracol.

Y enseguida señala:

El beneficio de ‘trabajar’ en Transmilenio es que a uno lo cogieron, lo ‘terapiaron’ unos 10, 15 minutos, y lo sueltan. Normal. Puede uno salir a conseguir lo del diario”, agregó sin pestañear alias ‘Jota’, y hasta alardeó diciéndole a la periodista que ya perdió la cuenta de las veces que ha sido detenido por la Policía.

La descripción que hace el sujeto, que fue seguido por una cámara escondida de ‘Séptimo día’, corresponde a lo que la comandante de la Policía de Transmilenio, coronel María Elena Gómez, describe como una debilidad del sistema judicial no tener en cuenta la reincidencia de los delitos o los antecedentes judiciales.

El artículo continúa abajo

La forma en la que los operadores de justicia, según el programa, abordan este tipo de delitos hace que la impunidad crezca todos los días. Las Unidades de Atención Inmediata (URI) están desbordadas de casos más graves para el sistema como homicidios, secuestros y extorsiones, y por eso es que la ley 1826 de enero de 2017 define que los robos o las estafas inferiores a 117 millones de pesos, son considerados de “menor cuantía”.

Este tipo de delitos, de acuerdo con la norma, se pueden resolver mediante una conciliación entre la víctima y el victimario, solo que hasta ahí llega la ley porque nada obliga a que un delincuente acuda a la conciliación y menos a que cumpla con lo que acuerde con la persona a la que robó, agregó el programa.

Vea el programa aquí: