La declaración de Marlon Marín, principal testigo contra ‘Jesús Santrich’ en la investigación que se le sigue por, presuntamente, haber conspirado para enviar 10 toneladas de cocaína a Estados Unidos, la tiene la Corte Suprema de Justicia.

Con esa declaración como fondo, Hernández-Mora recuerda en su columna que hace varios años era suficiente que un paramilitar cualquiera abriera la boca “y apresaban al que señalara para investigarlo”. Admite que es cierto que había “intereses ocultos”, pero “no tanto como ahora”. Para ella, “lo de hoy en día poco o nada tiene que ver con justicia, y menos con derechos humanos. Solo es política”.

Según la columnista, en el video, Marín declara que buscó a ‘Santrich’ “porque podía proporcionarle la cocaína que requerían los mexicanos. Consiguió los 5 kilos iniciales para que los narcos probaran su calidad y después Marín fue al centro comercial Salitre para cobrar los 22 millones por la droga y llevárselos a Santrich”.

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Y agrega Hernández-Mora que Marín “explicó que el cínico cantante del ‘quizá, quizá, quizá’ [o sea, ‘Santrich’] aconsejaba ‘que no hablara directamente de droga ni coca, sino con símbolos (…). Me dijo que tenía que tener mucho cuidado porque ya le habían advertido que el Fiscal General estaba detrás de los pasos de él’”.

Esa es la razón por la que la columnista piensa que el exjefe de las Farc “sugirió que en el famoso encuentro con los narcos […] emplearan ‘un vocabulario empresarial’. Es decir, televisores, maíz o lo que fuera en lugar de coca”.

De hecho, esto está en el fundamento de todas las declaraciones que ha dado ‘Santrich’ a los medios después de quedar en libertad: ha negado insistentemente que él se hubiera referido a negocios de cocaína. Solo en una emisora admitió que de lo que se trataba la conversación era de proyectos productivos con peces.

En ese punto, Hernández-Mora recoge uno de los apartes de la declaración de Marín: “Se trató de reunión para que él (‘Santrich’) diera la bendición, para hacer el negocio grande. Después de los 5 kilos, comenzar a suministrarles de mil, dos mil, tres mil, diez mil kilos en total”, escribe.

Al final de su declaración —sigue Hernández-Mora—, Marín “confiesa que ‘Santrich’ aseguró que obtendría las toneladas de coca ‘con la gente de las disidencias, que manejaban la fabricación de la droga’”.

Aunque sostiene que después de escuchar a Marín quedan certezas y lagunas. “La certeza es que ‘Santrich’ participó en el incipiente narconegocio que estaban montando, es decir, que siguió delinquiendo después del acuerdo. Y las dudas vienen por la falta de concreción en hechos importantes como un adelanto de 5 millones de dólares que entregaron en Miami y que a la postre resultaron ser billetes falsos. Por eso comprendo que la Corte necesite interrogar a Marín, aunque tengo serias dudas de si será para conocer la verdad o para desacreditarlo”.