La trágica muerte de Carlos Enrique López en una corraleja de Córdoba puso de nuevo a pensar a las autoridades sobre el control de este tipo de actividades. Este hombre que trabajaba como minero inicialmente no iba a asistir al evento, pero ante la insistencia de sus amigos decidió ir y resultó embestido por un toro, que le destrozó los dos maxilares; el superior y el inferior, la garganta, la lengua, le causó graves heridas en los ojos y su rostro quedó irreconocible.

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Ante este último caso, la senadora animalista Andrea Padilla interpuso una tutela para impedir las corralejas de Sincelejo, previstas para el próximo 20 de enero. La congresista asegura que hay incumpliento de dos de las cuatro normas que fijó la Corte Constitucional para este tipo de actividades, según Revista Semana. 

En primer lugar, según Padilla, las corralejas no cumplen con las medidas de gestión del riesgo, y por otro, no se ajustan a la orden de ser ininterrumpidas, pues hubo un receso de nueve años que terminó en 2022, cuando se reanudaron.

La senadora criticó al alcalde por simplemente autorizar a un grupo de empresarios la construcción de una plaza improvisada, que pone en riesgo la integridad de los asistentes y le pidió al mandatario local que garantiza la seguridad del evento y de la estructura.  

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“Un alcalde debería hacer prevalecer los intereses de superior en jerarquía, de protección de la vida y las sentencias judiciales”, insiste la parlamentaria quien reitera que habitualmente las plazas en las que se realizan las corralejas no son prenda de garantía.