Muñoz, que se desempeñaba como Consejero Presidencial para la Innovación y la Transformación Digital y que, según la Silla Vacía, iba a ser promovido como el nuevo secretario General de la Presidencia, contó en su Twitter que cometió una “imprudencia” al hacer un comentario en un grupo de Whatsapp, pues por su “calidad de servidor público”, este pudo ser “malinterpretado”.

Y es que Muñoz participó en una reunión privada (el 5 de septiembre, en el Hotel Hilton de Bogotá), que no se sabe quién creó ni financió, dice el portal web, en la que se habló de redes sociales.

Días después de la reunión, varios de los participantes crearon un grupo de Whatsapp en el que metieron a Muñoz, y por ahí, según contó el exfuncionario, le pidieron que ampliara las recomendaciones que había dado en el evento.

Al parecer, el exconsejero presidencial lanzó un comentario que no les gustó a varios de los que integraban el grupo, en el que según la Silla Vacía estaban uribistas y personas de derecha, lo que provocó, de acuerdo con El Tiempo, que alguna de las personas que estaba en la conversación le tomara una captura al mensaje y se lo mostrara al presidente Iván Duque.

Días después, Muñoz presentó su renuncia que, indicó el periódico, fue aceptada por el jefe de Estado de inmediato.

Por los días de la renuncia del entonces consejero presidencial, recuerda la Silla Vacía, se viralizó un ‘hashtag’ que señalaba a La W de polarizar (#LaWPolariza).

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Pues esa tendencia fue promovida por varios miembros del mencionado chat, según el portal. No obstante, el propio expresidente Álvaro Uribe salió en defensa de la emisora y de su director, Julio Sánchez Cristo, a través de Twitter.

“Ningún bien se hace con maltrato a Julio Sánchez Cristo. Con los problemas que tenemos mejor dedicar las energías a construir opinión. No aporta, al contrario quita, pretender desacreditar a quien cumple bien su deber profesional de periodista”, escribió el senador.

La Silla Vacía le preguntó al funcionario y a la Presidencia cuál fue el mensaje que envió, pero estos no quisieron responder.

Finalmente, a Muñoz le quedó una lección: “el mundo digital y el real son uno solo”.