Migración Colombia explicó que llegó deportada por un país europeo no confirmado y fue entrevistada brevemente a su llegada al aeropuerto El Dorado.

Puesto que llegó en condición de deportada y no detenida, a su arribo pasó el control oportuno, comprobaron que no pesa sobre ella ninguna orden judicial o circulares de la Interpol, y posteriormente continuó su camino.

Echeverría fue detenida en una operación conjunta entre las autoridades francesas y suizas, con otras personas sospechosas de preparar un atentado terrorista.

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En su expediente, la mujer confirma que admitió haber sostenido múltiples conversaciones con su esposo sobre posibles objetivos de atentados. “La confesión se dio después de que ella misma escuchó los audios que unidades antiterroristas grabaron durante 5 meses tras instalar micrófonos en su carro y en su apartamento. En estos, la colombiana habla de descarrilar un tren, poner una bomba en una conocida discoteca o en una iglesia, asesinar un imam musulmán, o envenenar ‘infieles’”, indica El Tiempo.

El diario agrega que “en las interceptaciones incluso quedó registrado cómo instigó a su esposo para que profanara varias tumbas en un cementerio de la región en donde vivían con sus hijos de 4 años y de 7 meses, que fueron entregados a los servicios sociales mientras se resuelve su situación”.

Entre 2009 y 2015, la joven volvió para visitar a su familia que vive en Yumbo, departamento del Valle del Cauca (suroeste) en cinco ocasiones, una de ellas con su pareja y el primero de sus dos hijos.

La mujer nació en la ciudad venezolana de San Cristóbal, donde residían sus padres colombianos, por lo que tiene la doble nacionalidad. La mujer vivió en su país natal hasta los seis años, cuando se mudó a Suiza.

Trabajando como camarera conoció hace cuatro años a su pareja Milutin Jakovljevic, un suizo de origen bosnio-croata, y quien arrastró a su esposa en su radicalización. De hecho, Echeverría empezó a usar una burka como una imposición de Milutin, que, a su vez, renunció a su empleo y canceló sus cuentas de redes sociales.

Con EFE.